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La creación del fondo de cese laboral por parte del Ejecutivo, en coordinación con la CNV, marca un hito en la demolición del esquema tradicional de derechos laborales en Argentina. La medida, enmascarada como modernización, representa una externalización del costo del despido y una cesión del resguardo legal a los mecanismos del mercado financiero. Sindicatos en alerta, mientras el poder político avanza sin negociación real.

El gobierno de Javier Milei acaba de ejecutar uno de los golpes más significativos al sistema de protección de los trabajadores desde el retorno de la democracia. A través de la Resolución General 1071, la Comisión Nacional de Valores puso en marcha un régimen de fondos de inversión específicamente diseñado para cubrir eventuales ceses laborales, cuya implementación dependerá de acuerdos paritarios.

La aparente voluntariedad de la medida oculta su verdadero espíritu: la sustitución progresiva del régimen indemnizatorio por uno privatizado, fragmentado y dependiente de la capacidad negociadora de cada sector. Este fondo se presenta como “alternativo”, pero en la práctica podría volverse norma en un clima político donde el retroceso de derechos es celebrado como eficiencia.

La arquitectura jurídica del desamparo

Durante décadas, el artículo 245 de la Ley de Contrato de Trabajo garantizó una indemnización por despido que servía como barrera a la precarización estructural. Hoy, esa garantía entra en un proceso de erosión institucional con el aval del Estado. El nuevo esquema permite que empresas aporten periódicamente a un fondo, que luego se entrega al trabajador en caso de desvinculación. ¿El problema? Ya no habrá proporcionalidad con la antigüedad ni obligatoriedad de justificación, lo que diluye la protección ante el despido arbitrario.

Además, los fondos serán administrados como instrumentos de inversión —mediante fideicomisos o FCI—, sujetos a riesgos del mercado y a la lógica especulativa de la renta financiera. En lugar de fortalecer las inspecciones laborales o mejorar la cobertura de la Seguridad Social, el Ejecutivo terceriza el resguardo económico de los trabajadores en el mercado de capitales.

Sturzenegger y la ingeniería del desmantelamiento

Detrás de esta reforma se encuentra la mano ideológica y técnica de Federico Sturzenegger, promotor histórico del achicamiento del Estado y ferviente defensor de la flexibilización laboral. Su alianza con Roberto Silva, titular de la CNV, revela que no se trata de una política aislada sino de una estrategia sistemática de desregulación. La consigna de “libertad de elegir” vuelve a ser una fórmula vacía que omite la desigualdad estructural entre quien contrata y quien vende su fuerza de trabajo.

La medida, que parece de implementación neutra, en realidad se erige como una herramienta de disciplinamiento: ante la pérdida de poder indemnizatorio, el trabajador se ve más vulnerable y con menor margen para resistir condiciones abusivas.

Una “libertad” que no protege, sino expulsa

El discurso oficial insiste en que esta innovación promueve la “libertad económica” y dinamiza el mercado. Pero ese principio, aplicado al mundo laboral sin filtros ni regulaciones, erosiona las bases del derecho social. ¿Cómo se negocia libremente en una economía donde el desempleo crece, los sueldos pierden poder adquisitivo y el miedo al despido paraliza?

La lógica libertaria —traducida a decretos y resoluciones— plantea un país donde el trabajo deja de ser un derecho protegido para convertirse en una mercancía frágil, sin red de contención ni equidad en la negociación.

Esta reforma no debe leerse en clave técnica sino política. Se trata de un nuevo capítulo en la ofensiva contra el entramado legal que daba cierta estabilidad a los sectores más desprotegidos del mercado laboral. Bajo el manto de la innovación financiera, se oculta una voluntad de ruptura con décadas de conquistas obreras.

En este escenario, el papel de los sindicatos se vuelve crucial, aunque limitado por un contexto hostil y un Ejecutivo que desprecia abiertamente la negociación colectiva. Si la transformación avanza sin resistencia, el horizonte próximo será el de un país donde el despido deja de ser un hecho excepcional y costoso, para convertirse en una maniobra habitual, sin consecuencias ni reparos.

La Argentina que se dibuja tras esta reforma no es una república moderna ni eficiente: es una sociedad que retrocede décadas, desamparando al trabajador en nombre de una libertad que, lejos de emancipar, somete.

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La UTA y la ATAP en conflicto: Un paro de colectivos suspendido tras la conciliación obligatoria

La Unión Tranviarios Automotor (UTA) y la Asociación del Transporte Automotor de Pasajeros (ATAP) están en disputa debido a la falta de pago de una diferencia salarial pactada en la última paritaria. La medida de fuerza anunciada por el gremio fue desactivada tras la intervención de la Subsecretaría de Trabajo, que dictó la conciliación obligatoria.

El foco del problema es el descuento del día del último paro y la falta de pago de una diferencia salarial pactada en la última paritaria. La medida de fuerza anunciada por el gremio días atrás fue suspendida tras la intervención de la Subsecretaría de Trabajo, que dictó la conciliación obligatoria.

La posición de la UTA

La UTA cuestionó duramente la medida y apuntó contra ATAP por incumplimientos salariales. El secretario General de UTA San Juan, Héctor Maldonado, criticó con dureza la intervención del gobierno, «esta conciliación obligatoria no tiene ningún sentido. Nos sorprendió muchísimo. No se puede llamar a conciliar lo ya conciliado», expresó.

El malestar sindical se agravó luego de que el pasado 17 de junio no se abonara la diferencia salarial pactada. «Jamás se comunicaron con nosotros, ni siquiera para avisar que no se iba a pagar. No se pagó y punto. Al mejor estilo ATAP: atropellando y usando a los trabajadores como moneda de cambio con respecto a los subsidios y compensaciones tarifarias», denunció Maldonado.

El pedido al gobierno

El titular de UTA pidió un accionar más equitativo por parte del Estado provincial, «así como a nosotros se nos dictan conciliaciones, se nos declaran medidas ilegales o se nos imponen multas, esperamos que el gobierno intime a la Cámara Empresaria a cumplir lo que firma. Porque nosotros estamos pagando el costo político de la inoperancia empresarial y gubernamental».

La posibilidad de nuevas medidas de fuerza sigue latente. Si no hay avances concretos en el cumplimiento del acuerdo salarial, la UTA podría retomar el plan de lucha. Por ahora, el servicio continúa con normalidad, pero con un trasfondo cada vez más tenso entre trabajadores, empresarios y el Estado.

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El alquiler se lleva medio sueldo: Un problema que afecta a millones de personas

Un relevamiento nacional realizado por Inquilinos Agrupados reveló que el 67% de los hogares inquilinos destina entre el 30% y el 50% de sus ingresos al pago del alquiler, mientras que un 14% gasta incluso más del 60%. La situación es de extrema gravedad social y refleja un escenario de fuerte ajuste y endeudamiento entre quienes alquilan.

La crisis del alquiler en Argentina es un problema que afecta a millones de personas. Según el relevamiento de Inquilinos Agrupados, el 72% de los hogares arrastra deudas, principalmente con tarjetas de crédito, por alimentos, por alquiler y por salud. El impacto es más severo en sectores vulnerables como los jubilados, quienes destinan en promedio un 49% de sus haberes a la vivienda.

El ajuste y el endeudamiento

La forma en que se ajustan los contratos también juega un rol clave en la crisis. El 78% de los alquileres se actualiza cada seis meses y el 55% lo hace según la inflación (IPC), lo que expone a los inquilinos a una mayor incertidumbre. Solo un 16% de los contratos tiene actualizaciones anuales. Esto genera un escenario de incertidumbre y miedo para los inquilinos, que se ven obligados a ajustar sus gastos para poder pagar el alquiler.

El impacto en la calidad de vida

El 66% de las familias encuestadas redujo sus gastos en alimentos, el 53% lo hizo en salud y el 94% dejó de salir o realizar actividades recreativas. Esto refleja un escenario de fuerte ajuste y sacrificio para los hogares que alquilan. La situación es aún más grave si se considera que el acceso a un techo digno se volvió un lujo para gran parte de los trabajadores y trabajadoras.

La incertidumbre y el miedo

El 89% de los encuestados expresó temor a no poder pagar el alquiler en los próximos meses. Esto refleja un escenario de incertidumbre y miedo para los inquilinos, que se ven obligados a vivir con la incertidumbre de no saber si podrán pagar el alquiler. La situación es de extrema gravedad social y requiere una atención inmediata.

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Otro golpe al bolsillo: Se viene un aumento en los precios de las naftas

El precio del crudo Brent en el mercado internacional sigue en ascenso debido al conflicto en Medio Oriente, lo que se traduce en un aumento del 5% en los precios de las naftas en los primeros días de julio. Las ventas de combustible ya han experimentado una caída del 7%, y el sector petrolero advierte que este ajuste impactará directamente en la movilidad diaria y en la economía de todos los ciudadanos.

La suba en el precio del crudo Brent, que ha pasado de 63 a 77 dólares en poco tiempo, ha generado una presión adicional sobre los precios del combustible. Esto, a su vez, afectará la movilidad diaria y los gastos de transporte, lo que puede tener un efecto dominó en la economía en general.

El sector petrolero argentino ya está sintiendo los efectos de la caída en las ventas de combustible. La disminución del 7% en las ventas es un indicador claro de que los consumidores están respondiendo a los cambios en los precios. Las petroleras están tratando de mantener su posición en el mercado, pero la presión para ajustar los precios es cada vez mayor.

La incertidumbre sobre cómo el gobierno manejará los precios del combustible agrega una capa adicional de complejidad a la situación. Aunque el Ejecutivo ha manifestado su intención de acompañar las subas y bajas del crudo en los surtidores, la realidad es que la inflación sigue siendo un desafío importante. La pregunta es cómo se manejarán los precios del combustible en julio y qué impacto tendrá esto en la economía y en los bolsillos de los argentinos.

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