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Moroni señaló que analizan un esquema para incentivar nuevas contrataciones laborales que incluya una «discriminación positiva» entre los sectores más afectados

El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, aseguró que el Gobierno analiza un esquema para incentivar nuevas contrataciones laborales que incluya una «discriminación positiva» entre los sectores más afectados por la pérdida de empleo, al tiempo que afirmó que «no está en carpeta establecer modificaciones en los aportes patronales» ni llevar adelante un «blanqueo laboral». En ese sentido, sostuvo que se está trabajando sobre disminuir contribuciones en nuevas contrataciones de acuerdo al tamaño de la empresa, su ubicación geográfica y a qué grupo etario pertenezca el trabajador, con especial énfasis en mujeres jóvenes.

«Estamos pensando cuestiones muy puntuales en determinadas actividades o grupos para favorecer a ciertos trabajadores. No está en carpeta establecer modificaciones en las contribuciones patronales», aseguró Moroni al participar en un seminario virtual organizado por el Consejo Internacional de Comercio y Producción (CICyP).

Al respecto dijo que «la experiencia muestra que cuando en la Argentina crece el empleo crece bien» aunque sí se puede discutir cómo incentivar nuevas contrataciones aplicando una «discriminación positiva entre jóvenes o grupos más afectados por el empleo: mujeres jóvenes y pobres».

Según el ministro, el Gobierno tiene «la vocación de fomentar empleo» y para ello está trabajando junto al sector privado en un programa de formación y capacitación, además de una «reglamentación dialogada» de la ley de teletrabajo que será «muy razonable».

«Necesitamos formar gente con un criterio amplio», afirmó Moroni, para quien el mercado laboral tiene «problemas reales que no van a tener resolución rápida» y que por eso son necesarios los programas de capacitación, ya que el sistema educativo formal «no puede darnos respuesta en los plazos que necesitamos». Y agregó: «Los mecanismos tienen que ser otros: trabajar entre sector privado y público para tener una formación profesional que se adapte a las necesidades».

Durante el encuentro, que contó con la participación de 140 asistentes, entre los cuales estuvieron los principales dirigentes de cámaras empresarias del país, Moroni fue consultado sobre la posibilidad de menores cargas patronales y en un blanqueo laboral para el cerca del 40% de los trabajadores que se desempeñan en el sector informal.

Sobre este último punto, el ministro aseguró que «la informalidad es un fenómeno que hay que atacarlo de un modo más amplio que a través de un blanqueo» y que, a pesar de que ha habido numerosos blanqueos en el pasado «ninguno dio mucho resultado».

«Hoy no estamos pensando en ningún blanqueo laboral», sentenció. No obstante, subrayó que «la imposición de normas no es un modelo que queremos usar, sino uno en donde la negociación colectiva tenga las herramientas para ir llevando el diseño de la relación de trabajo, en función de las necesidades del momento y de los derechos de los trabajadores».

Por último, convocó a «reabrir el debate por la productividad» en las negociaciones colectivas ya que, si bien históricamente se asoció a la intensificación de las tareas, dijo que tiene que darse el debate «con un abordaje desde el sentido más amplio».

«Las mejoras en las condiciones de trabajo, la participación de los trabajadores en los diseños de sistemas y la formación constante son algunos de los factores a analizar en la productividad», aseveró el titular de la cartera de Trabajo.

Del encuentro participaron el presidente del CICyP, Daniel Funes de Rioja; el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo; el presidente de la Asociación de Bancos Argeninos (Adeba), Javier Bolzico; y el presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Mario Grinman. También asistieron a la presentación el vicepresidente tercero de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Miguel Marconi y, en representación de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi.

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El Gobierno oficializó aumentos en luz, gas y otros servicios básicos

El Gobierno nacional oficializó un aumento en las tarifas de luz y gas que regirá a partir de mayo, con un impacto final en las facturas que se ubicará entre el 2,5% y el 3%. La medida se suma a otros aumentos pautados en servicios como agua, transporte y prepagas.

La Secretaría de Energía y los entes reguladores de electricidad y gas publicaron en el Boletín Oficial las resoluciones que establecen los aumentos en las tarifas de luz y gas. Según fuentes oficiales, el incremento se debe a la revisión tarifaria quinquenal y la actualización del Precio Estacional de la Energía Eléctrica (PEST) y el Precio de Ingreso al Sistema de Transporte de Gas (PIST).

La Revisión Quinquenal de Tarifas (RQT) implicará un aumento en la remuneración para las empresas transportistas y distribuidoras de luz y gas, además de un esquema de actualización periódica automática. En mayo, las facturas finales se verán incrementadas entre 2,5% y 3% debido a la combinación de estos factores.

El aumento en las tarifas de luz y gas se suma a otros aumentos pautados para mayo en servicios básicos como agua, y prepagas. Esto implica un impacto significativo en los bolsillos de las familias argentinas, que ya están sintiendo desde hace meses el peso de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo.

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La oferta empresarial insuficiente lleva a la falta de acuerdo en el Consejo del Salario

Las centrales sindicales reclamaron un aumento que al menos duplique el salario mínimo, pero la oferta empresarial fue de solo un 1,3%, lo que llevó a la falta de acuerdo y a que el Gobierno defina el nuevo monto en línea con las cámaras patronales.

Este martes 29 de abril, se reunió el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) con participación de representantes de las tres centrales sindicales (CGT, CTA de los Trabajadores y CTA Autónoma), empresarios y funcionarios del Ministerio de Capital Humano. Los gremios presentaron una propuesta unificada que reclama llevar el salario mínimo a $644.165 en abril y $657.703 en mayo, en línea con la evolución de la canasta básica y el impacto de la inflación acumulada en el primer trimestre.

Sin embargo, el sector empresarial ofreció un aumento muy por debajo de esa cifra: $301.500 para abril, $306.500 para mayo y $311.500 para junio, lo que representa una suba total del 1,3% sobre el valor actual de $296.832. La enorme distancia entre ambas posturas volvió a bloquear cualquier posibilidad de consenso, lo que derivó en que el Ejecutivo asuma la definición del nuevo monto.

Reacciones:

  • Fuentes gremiales: Manifestaron su malestar y anticiparon que el Gobierno volverá a “alinearse con los empresarios”, sin contemplar el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores más vulnerables.
  • Centrales sindicales: Reclamaron que se ponga fin a la modalidad virtual de las reuniones del Consejo del Salario y afirmaron que si no se garantiza la presencialidad en la próxima convocatoria, se presentarán directamente en la sede del Ministerio de Trabajo en señal de protesta.

La falta de acuerdo en el Consejo del Salario refleja la profunda brecha entre las partes y la dificultad para encontrar una solución que satisfaga las necesidades de los trabajadores y los empresarios. La definición del nuevo monto por parte del Gobierno podría tener un impacto significativo en la economía y en la vida de los trabajadores más vulnerables.

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Sturzenegger prepara un ajuste masivo en el Estado con cierres y despidos

El ministro de Transformación y Desregulación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció que en los próximos días se presentará el «Proyecto Digesto», una iniciativa que busca reducir drásticamente el tamaño del Estado a través de la eliminación de organismos y despidos masivos.

El plan, impulsado por el presidente Javier Milei, tiene como objetivo «desregular» y «simplificar» el Estado, eliminando leyes, resoluciones y decretos considerados obsoletos. Según Sturzenegger, la revisión de los aproximadamente 700 mil decretos existentes será manual en su mayoría, ya que solo 70 mil están digitalizados.

El ministro sostuvo que esta «limpieza» permitirá «liberar» empleados que actualmente desempeñan tareas administrativas consideradas innecesarias, especialmente en organismos descentralizados que, según su visión, «duplican funciones».

La medida tiene como objetivo ajustar el gasto público a través de despidos y eliminación de estructuras. Aunque Sturzenegger garantizó que algunas entidades como la ANMAT no serán disueltas, sí planteó la necesidad de reducir drásticamente los trámites y procedimientos internos. «La mitad de los trámites no se sabe para qué son», justificó, en un discurso que combina la crítica a la burocracia con la intención de recortar personal.

El «Proyecto Digesto» tiene como objetivo principal transformar el Estado argentino a través de la reducción de su tamaño y la eliminación de estructuras consideradas innecesarias. Sin embargo, la medida también plantea interrogantes sobre el impacto que tendrá en la calidad de los servicios públicos y en la estabilidad laboral de los empleados estatales.

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