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La resolución del máximo tribunal del país, que ratificó la sentencia contra Cristina Fernández de Kirchner en la causa por direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz, desató un profundo malestar en el universo gremial. Con una postura que va desde la condena enérgica hasta la amenaza de acciones masivas, el movimiento obrero organizado se encuentra ante una encrucijada: sostener la institucionalidad o reavivar su histórico poder de presión callejera.

La CGT se manifestó antes de que la Corte Suprema hiciera pública su decisión, advirtiendo sobre una “embestida político-judicial” contra la dos veces jefa de Estado. El lenguaje elegido no fue casual: se apeló al imaginario de una democracia sitiada, alertando sobre una peligrosa erosión del pacto republicano. Tras el fallo, el tono se endureció, pero la central obrera evitó, por ahora, anunciar medidas concretas. Internamente, sin embargo, ya se escuchan voces que exigen un paro nacional como forma de frenar lo que definen como una “proscrición encubierta”.

Movilización contenida y tensión acumulada

Mientras la CGT medita su jugada, otras agrupaciones ya tomaron la iniciativa. La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que representa uno de los brazos más potentes de la central, expresó su rechazo categórico y denunció una estrategia de judicialización para condicionar el juego democrático. Su secretario general, Juan Carlos Schmid, trazó un paralelo con lo ocurrido en Brasil durante el juicio al presidente Lula da Silva, denunciando una lógica de disciplinamiento político promovida por sectores enquistados en el poder real.

La FATUN, gremio de trabajadores no docentes universitarios, fue el primero en traducir el repudio en acción concreta: un paro de 24 horas, sin asistencia a los lugares de trabajo. En paralelo, comenzaron a multiplicarse tomas simbólicas de facultades, como ocurrió en la de Filosofía y Letras de la UBA, escenario habitual de la resistencia estudiantil. La FEDUN, que nuclea a docentes universitarios, también llamó a marchar “en defensa de la democracia”, sumando su voz a una narrativa que considera a la ex mandataria víctima de una operación político-judicial.

La Federación Judicial Argentina, que nuclea a trabajadores del sector que dictó el fallo, no dudó en calificar a la Corte como “la de la vergüenza”, cuestionando no sólo la legitimidad del procedimiento sino el trasfondo de la decisión. La paradoja de que un sindicato del propio Poder Judicial repudie el accionar de sus superiores expone, sin rodeos, la magnitud de la fractura institucional.

Una democracia en vilo

Las dos CTA —dirigidas por Hugo Yasky y Hugo «Cachorro» Godoy— emitieron un comunicado de tono categórico: denunciaron un “colapso de la arquitectura institucional” y una “intervención judicial premeditada” destinada a proscribir a Cristina Fernández de Kirchner. Según su interpretación, no se trata de una condena penal aislada, sino de un paso más en la utilización de la justicia como herramienta de disciplinamiento ideológico.

La alusión directa al caso Lula no es menor: evoca una jurisprudencia regional en la que se judicializa la política para neutralizar adversarios incómodos al statu quo. En este contexto, los gremios denuncian que no sólo se intenta borrar a una figura política, sino que se busca enviar un mensaje ejemplificador a todo actor que ose desafiar los intereses corporativos dominantes.

Sin embargo, más allá de las declaraciones, hasta ahora no se vislumbran medidas de alto impacto articuladas. La CGT no ha convocado a un paro general ni ha definido un plan de lucha claro. Las acciones se concentran en protestas puntuales y comunicados sectoriales, lo que refleja tanto una falta de consenso interno como el temor a reeditar escenarios de confrontación social que podrían derivar en mayor inestabilidad.

Entre el repudio y la parálisis

El mosaico sindical se encuentra dividido entre la indignación y la cautela. Aunque las palabras duras abundan, la traducción de ese descontento en acciones efectivas todavía está en suspenso. Algunos apuestan por una movilización creciente, mientras otros prefieren la prudencia ante la incertidumbre política y económica que atraviesa el país.

El dilema central no es nuevo: cómo articular una respuesta potente sin deslegitimarse ante una ciudadanía que también desconfía del sindicalismo, al que muchos perciben como un actor burocrático, más preocupado por sus privilegios que por el bien común. No obstante, la coyuntura podría forzar a la CGT a tomar una posición más firme, presionada por sus propias bases y por el avance de la tensión social.

La ratificación de la condena contra Cristina Fernández de Kirchner volvió a poner en evidencia que la justicia argentina se ha transformado, al menos en parte de la percepción pública, en un actor político más. En este escenario, el movimiento sindical se erige como uno de los principales diques de contención ante lo que muchos interpretan como una avanzada antidemocrática.

Pero el desafío que enfrenta el sindicalismo es complejo: debe evitar caer en la sobreactuación, sin resignar su rol histórico de defensa de los sectores populares. La sociedad, agobiada por la inflación, el descreimiento y la fatiga cívica, observa con escepticismo. Las decisiones que se tomen en los próximos días marcarán no sólo la relación entre los gremios y el sistema político, sino también el pulso de una democracia que atraviesa uno de sus momentos más frágiles desde el regreso del Estado de Derecho.

El fallo ya fue emitido. Ahora, las consecuencias políticas y sociales están por escribirse. Y el movimiento obrero, como en tantas otras encrucijadas de nuestra historia, tendrá un papel determinante en esa narración colectiva.

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Milei presentará el Presupuesto 2026 en cadena nacional: ¿Qué se espera?

El presidente Javier Milei presentará el proyecto de Presupuesto 2026 a través de una cadena nacional este lunes a las 21 horas, en una situación de creciente expectativa y debate sobre la política económica del Gobierno. El mensaje, que se espera sea breve y conciso, será grabado a las 17 horas en el Salón Blanco de Casa Rosada y se centrará en la ratificación de la reducción del gasto como política central de su gestión.  

La presentación del Presupuesto 2026 es un momento clave en la gestión de Milei, quien ha hecho de la austeridad y el déficit cero una de sus principales banderas políticas. En un contexto de creciente presión económica y social, el Gobierno busca enviar un mensaje de estabilidad y previsibilidad a los mercados y a la sociedad en general.

El presupuesto será presentado bajo el formato de déficit cero, lo que implica un ajuste significativo en el gasto público y una reducción de la deuda. Según fuentes oficiales, el Gobierno busca alcanzar un superávit fiscal primario del 2,2% para 2026, acorde al compromiso asumido con el Fondo Monetario Internacional.

Sin embargo, la oposición legislativa ya anunció que impugnará el presupuesto, argumentando que no refleja las necesidades reales del país y que es un intento del Gobierno de imponer su política económica sin considerar las voces disidentes. La oposición también comunicó que presentará un presupuesto alternativo, que refleje las necesidades y prioridades de la sociedad argentina.

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Universitarios convocan a la tercera Marcha Federal el 17 de septiembre

La Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (FATUN) convocó a una nueva movilización en defensa de la universidad pública y la Ley de Financiamiento Universitario, recientemente vetada por el presidente Javier Milei.

La tercera Marcha Federal Universitaria se llevará a cabo el 17 de septiembre en el Congreso de la Nación, con el objetivo de expresar el rechazo al veto presidencial y exigir un mayor presupuesto para las universidades nacionales.

La universidad pública argentina se encuentra en una situación crítica, con un futuro incierto que depende en gran medida de la decisión del Gobierno nacional de asignar los recursos necesarios para su funcionamiento. La falta de financiamiento adecuado ocasionado una serie de problemas que afectan directamente a la calidad de la educación y la investigación en las universidades nacionales.

En este escenario, la FATUN ha sido una de las principales voces en defensa de la educación pública, y ahora convoca a una nueva movilización para exigir un cambio en la política educativa del Gobierno. La marcha del 17 de septiembre será una oportunidad para que la comunidad universitaria exprese su rechazo al veto presidencial y exija un mayor compromiso del Ejecutivo nacional con la educación pública.

El veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario generó un amplio rechazo entre los sectores académicos y estudiantiles, que ven en esta medida un golpe significativo a la estabilidad del sistema universitario. Los reclamos de la FATUN incluyen un aumento en el presupuesto para las universidades, mejoras en los salarios de los docentes y no docentes, y la garantía de continuidad de los programas de becas estudiantiles.

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Shell ajusta sus precios en los combustibles por cuarta vez en trece días

La petrolera Shell anunció un nuevo aumento en el precio de sus combustibles, totalizando cuatro subas en solo trece días.

En un clima de alta inflación y creciente presión sobre los bolsillos de los argentinos, la petrolera Shell decidió ajustar nuevamente el precio de sus combustibles. Este cuarto aumento en menos de dos semanas se suma a los ya registrados el 31 de agosto, el 6 de septiembre y el 7 de septiembre, lo que generó una notable escalada en los costos para los usuarios.

El precio de la nafta V-Power aumentó significativamente en un corto período de tiempo, pasando de $1.715 el 31 de agosto a $1.752 el 13 de septiembre. Este incremento fue objeto de atención por parte de los conductores y usuarios, quienes registraron la evolución de los precios en las estaciones de servicio.

La frecuencia de los ajustes en los precios de Shell contrasta con la situación de otras compañías del sector, que han registrado aumentos más espaciados en el tiempo. Los combustibles son uno de los rubros con mayores incrementos, lo que se suma a otras subas en servicios esenciales, alquileres y prepagas, constituyendo un escenario complejo para el actual momento socio-económico de gran parte de los argentinos.

El aumento en el precio de los combustibles tiene un impacto directo en la economía de los usuarios, quienes ven cómo su salario no alcanza a cubrir el alto costo de necesidades primordiales para la subsistencia. La situación se vuelve cada vez más complicada para aquellos que dependen del transporte para ir a trabajar o realizar actividades cotidianas.

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