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Sindicatos que representan a trabajadores de Radio Nacional realizaron en la sede de esa emisora un acto con una amplia convocatoria en «defensa de la radio pública», donde distintos referentes gremiales destacaron el «rol social y federal» que cumplen los medios públicos, así como la necesidad de fortalecerlos para «garantizar el derecho a la información de la sociedad».

«Durante el encuentro realizado en defensa de los medios públicos se destacó el rol social que tienen, la necesidad de que el estado y los gobiernos apuesten a fortalecerlos porque son muy importantes para la democracia», dijo a Télam el secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), Agustín Lecchi.

Lecchi remarcó uno de los puntos centrales del encuentro tuvo que ver con la necesidad de un «Estado presente, fuerte y que garantice el derecho a la información de toda la sociedad».

«Radio Nacional es el medio más federal del país porque llega a todos los rincones de la patria. Lo defendimos del vaciamiento durante el macrismo y lo seguiremos defendiendo al igual que al resto de los medios públicos de aquí en adelante», sostuvo Lecchi.

En coincidencia, la secretaria de Género del SiPreBA y delegada de la emisora, Micaela Polak, sostuvo en declaraciones a la TV Pública que «es fundamental transmitir a la ciudadanía la importancia que tienen los medios públicos, Radio Nacional es un emblema en ese sentido porque llega a todo el país con 49 emisoras que en cada lugar pintan su aldea con una comunicación federal y soberana».

El diputado nacional del Frente de Todos (FdT) Pablo Carro, quien estuvo en el acto, señaló que la Argentina tiene firmados tratados internacionales por los que «tiene la obligación de garantizar el pluralismo y la diversidad informativa en la Argentina» y evaluó que «eso es algo que los medios públicos hacen como ninguno».

El encuentro se realizó a las 15 en el auditorio Hugo del Carril de la sede de Radio Nacional ubicada en Maipú 555 de esta capital, donde los referentes de los distintos gremios repasaron también las principales problemáticas que afrontan los trabajadores como «el incumplimiento de condiciones laborales», «salarios por debajo de la canasta básica» o el «pase a planta permanente».

Del acto participaron además la secretaria General de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), Carla Gaudensi; el secretario General de ATE Capital, Daniel Catalano, y el secretario General del Suteba, Roberto Baradel, así como referentes del Sindicato Argentino de Locutores y Comunicadores (Salco), de la Asociación de Trabajadores de Radio Nacional (Atrana), entre otros.

Además hicieron llegar sus expresiones de solidaridad la histórica referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida y el músico León Gieco.

También asistieron en señal de apoyo y reivindicación de los medios públicos una comitiva del Tercer Malón de la Paz y el artista Bruno Arias, quien efectuó una presentación en vivo.

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El proyecto de reforma laboral del gobierno abre un frente judicial por posibles violaciones a la Constitución

Con el impulso político obtenido tras las elecciones legislativas de octubre, el Gobierno nacional acelera la redacción de una reforma laboral que busca ser debatida en sesiones extraordinarias antes de fin de año. Aunque todavía no hay un texto oficial, los borradores que circulan entre laboralistas y dirigentes sindicales despertaron una fuerte preocupación: para muchos especialistas, el anteproyecto pone en riesgo derechos consagrados en la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) y en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional.

En los estudios jurídicos ya comenzó el análisis técnico de los puntos más controvertidos. La coincidencia entre los expertos es casi unánime: varias de las modificaciones vulnerarían garantías constitucionales básicas, lo que anticipa una intensa judicialización si el proyecto llega al Congreso tal como está.

Jornadas de hasta 12 horas: “un retroceso de un siglo”

Uno de los aspectos más sensibles es la posibilidad de extender la jornada laboral de ocho a doce horas diarias. Hoy la legislación vigente establece un máximo de ocho horas por día o 48 semanales, con límites más estrictos para el trabajo nocturno y para menores de edad.

Para los especialistas, la medida colisiona con el principio constitucional de “jornada limitada” y con tratados internacionales incorporados a la Carta Magna. “Sería un retroceso de cien años en materia de derechos laborales”, sintetizó un abogado del fuero laboral. La ampliación horaria, advirtieron, afecta la salud y la seguridad del trabajador, pilares que el derecho del trabajo protege desde principios del siglo XX.

Vacaciones fraccionadas y pagos parciales: el descanso en riesgo

Otro punto bajo observación es la división del período de vacaciones en varios tramos, lo que diluye la finalidad del descanso prolongado. La jurisprudencia argentina ha sostenido que el objetivo del régimen vacacional es la recuperación física y mental del trabajador, un propósito que se perdería con interrupciones o fraccionamientos sucesivos.

Además, los pagos parciales de vacaciones o indemnizaciones —también contemplados en el borrador— serían, según los laboralistas, una forma de precarización encubierta, incompatible con el derecho de propiedad y el principio de integralidad salarial que protege la Constitución.

Indemnizaciones con tope y en cuotas: alivio para empresas, costo para empleados

La iniciativa prevé que las pequeñas y medianas empresas puedan pagar las indemnizaciones en hasta 12 cuotas mensuales, con un tope de 10 sueldos. Este esquema choca de lleno con la LCT, que establece una compensación equivalente a un mes de salario por cada año trabajado, sin límite y con pago íntegro.

“Más allá del argumento de aliviar la carga a las pymes, en los hechos se traslada el costo del despido al trabajador”, explican los abogados laboralistas. Además, el Código Civil y Comercial prohíbe el pago parcial de deudas si el acreedor no lo acepta, lo que sumaría otro conflicto jurídico.

Banco de horas: flexibilidad con pérdida salarial

El borrador introduce la figura del “banco de horas”, un sistema que permitiría compensar horas extras con días de descanso, eliminando el pago con recargo. El Gobierno lo presenta como una herramienta de “modernización”, pero desde el sindicalismo advierten que, en la práctica, implica una reducción del salario real y una mayor disponibilidad horaria sin retribución económica.

Actualmente, la LCT establece un recargo del 50% o del 100% según el día y horario de las horas extras, un esquema que protege al trabajador de los abusos en la carga laboral.

El regreso de los “tickets canasta”: la sombra de los 90

Entre los puntos más polémicos figura el posible retorno de los vales de comida o “tickets canasta”, eliminados en 2007. Este sistema, característico de la flexibilización laboral de los años 90, fue declarado de carácter salarial por la Corte Suprema en 2009, al reconocer que debía integrarse a los aportes y contribuciones.

De reinstaurarse, advierten los especialistas, se excluiría parte del salario de los aportes jubilatorios y del cálculo de indemnizaciones, lo que debilitaría la protección social del trabajador y reproduciría esquemas ya superados.

Fin de la ultraactividad: golpe a la negociación colectiva

La propuesta también contempla eliminar la ultraactividad de los convenios colectivos, es decir, su vigencia automática hasta que se firme un nuevo acuerdo. Para los expertos, esta decisión desequilibra las relaciones laborales y debilita el poder de negociación sindical, en abierta contradicción con los convenios internacionales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que tienen jerarquía constitucional en Argentina.

“Quitar la ultraactividad es desconocer los compromisos internacionales del país y retroceder en materia de libertad sindical”, alertaron fuentes gremiales.

Una reforma en conflicto con la Constitución

De aprobarse en los términos actuales, la reforma nacería con serias inconsistencias jurídicas, advierten los especialistas. Las modificaciones afectarían artículos centrales de la LCT sin revisar su estructura general, lo que generaría conflictos de interpretación y posibles planteos de inconstitucionalidad.

“No es una modernización del trabajo, sino una reedición de las recetas de los años 90”, sostienen desde el ámbito sindical. Mientras tanto, en los estudios de abogados laboralistas ya se preparan los argumentos que podrían llevar la disputa a los tribunales.

La pulseada recién comienza, pero el horizonte anticipa una batalla legal que podría redefinir los límites entre la flexibilidad empresarial y los derechos laborales.

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Nuevo ajuste salarial para el personal de casas particulares: suba del 2,7% y continuidad del bono

En un contexto de persistente pérdida del poder adquisitivo y marcada informalidad laboral, la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares (CNTCP) aprobó un aumento del 2,7% para las trabajadoras y trabajadores del sector, que se aplicará de forma escalonada entre noviembre y diciembre de 2025. La medida contempla un incremento del 1,4% sobre los haberes de noviembre y un 1,3% adicional en diciembre, calculado sobre los valores ya actualizados del mes anterior.

Además, el organismo ratificó la continuidad del bono extraordinario no remunerativo, una suma fija que se extenderá durante noviembre, diciembre y enero, con el objetivo de reforzar los ingresos y compensar parcialmente la inflación acumulada del año.

Según lo establecido, el monto del bono variará según la carga horaria semanal:

$14.000 para quienes trabajen más de 16 horas semanales,

$9.000 para jornadas de entre 12 y 16 horas,

$6.000 para quienes cumplan hasta 12 horas por semana.

Estas cifras, de carácter no remunerativo, no se incorporarán al salario básico para el cálculo del aguinaldo ni de otros ítems, aunque representan un alivio temporal en los ingresos del sector, que aún permanece entre los más rezagados del mercado laboral argentino.

El acuerdo fue alcanzado por consenso entre representantes de la Secretaría de Trabajo, sindicatos del sector y cámaras empleadoras, y busca mantener un sendero de recomposición gradual mientras continúa la negociación por una mejora más significativa en el primer trimestre de 2026. Voceros gremiales valoraron el entendimiento, aunque remarcaron que la recuperación del salario real todavía se encuentra lejos de los niveles previos a la pandemia y a la aceleración inflacionaria de los últimos años.

Escala salarial actualizada a noviembre de 2025:

Supervisores/as (coordinación y control de tareas)

Por hora (con retiro): $3.734,77

Por hora (sin retiro): $4.090,53

Mensual (con retiro): $465.904,33

Mensual (sin retiro): $518.965,42

Personal para tareas específicas (cocina, mantenimiento calificado, etc.)

Por hora (con retiro): $3.535,82

Por hora (sin retiro): $3.876,43

Mensual (con retiro): $432.851,44

Mensual (sin retiro): $481.837,14

Caseros/as (cuidado general y conservación de la vivienda)

Por hora (sin retiro): $3.340,11

Mensual (sin retiro): $422.316,43

Asistencia y cuidado de personas (adultos mayores, niños, enfermos)

Por hora (con retiro): $3.340,11

Por hora (sin retiro): $3.734,77

Mensual (con retiro): $422.316,43

Mensual (sin retiro): $470.627,40

Personal para tareas generales (limpieza, lavado, cocina diaria, mantenimiento básico)

Por hora (con retiro): $3.095,73

Por hora (sin retiro): $3.340,11

Mensual (con retiro): $379.784,94

Mensual (sin retiro): $422.316,43

El nuevo acuerdo paritario para trabajadoras de casas particulares representa un avance modesto pero necesario dentro de un escenario económico todavía adverso. Con una inflación persistente y márgenes de informalidad elevados, el desafío sigue siendo lograr una mejora estructural del salario real y una mayor formalización del sector, que emplea a más de un millón de personas en todo el país, en su mayoría mujeres.
La continuidad del bono no remunerativo y el aumento escalonado son medidas paliativas, pero la verdadera discusión —advierten los gremios— deberá centrarse en recuperar el valor del trabajo doméstico como un empleo formal, protegido y digno.

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Marcelo Mena (ASIJEMIN): “La minería necesita licencia social, no especulación empresarial”

El titular nacional de la Asociación Sindical del Personal Jerárquico, Profesional y Técnico de la Actividad Minera (ASIJEMIN), Marcelo Mena, analizó el escenario político y económico tras las elecciones legislativas. Cuestionó la falta de resultados del RIGI, alertó sobre intentos de flexibilización laboral y subrayó la necesidad de “construir desarrollo minero con licencia social y equidad”.

En diálogo con Mundo Laboral SJ, Mena abordó el mapa político que dejaron los comicios legislativos y la nueva etapa que se abre para las economías regionales vinculadas a la actividad. Destacó que “en los distritos donde la minería es motor económico, la mayoría respaldó a las fuerzas políticas que promueven el desarrollo del sector”, aunque advirtió que ese respaldo “debe traducirse en resultados concretos y no en discursos vacíos”.

El Representante sindical valoró los avances en la provincia de Mendoza —donde el proyecto San Jorge obtuvo la declaración de impacto ambiental— como un paso importante para la diversificación productiva, pero insistió en que “ningún emprendimiento minero puede sostenerse sin licencia social”. En ese sentido, afirmó que “la licencia social no se otorga de una vez y para siempre, se construye día a día con responsabilidad, transparencia y participación de las comunidades”.

Mena subrayó que el diálogo debe incluir a todos los actores, incluso a los sectores ambientalistas: “No hay que aislar a nadie; la democracia se ejerce también escuchando a quienes disienten. La minería tiene que hacerse bien, con controles, con responsabilidad ambiental y con beneficios reales para la población”.

RIGI y promesas incumplidas

Consultado sobre el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), el titular de ASIJEMIN fue categórico: “Hasta ahora no vemos un solo yacimiento que se haya puesto en marcha gracias al RIGI. Hay anuncios, pero no hay inversiones concretas”.

El sindicalista cuestionó que se presenten estas políticas como soluciones automáticas: “El problema no es la falta de incentivos, sino la falta de compromiso real de las empresas. Si se prometen inversiones y no llegan, el Estado debe exigir explicaciones”.

El dirigente gremial recordó que la historia reciente demuestra que “las reformas laborales o tributarias por sí solas no generan empleo”. En esa línea, afirmó que “es el mismo discurso que escuchamos en los años 90: se prometió más trabajo, pero lo que hubo fue desempleo, hambre y desindustrialización”.

Paritarias y defensa del salario

Respecto de la situación salarial, Mena informó que ASIJEMIN alcanzó acuerdos escalonados con empresas como Newmont, Minera Santa Cruz, Cerro Negro y Vanguardia, logrando incrementos “por encima de la inflación” y priorizando la defensa del empleo.

Explicó que el gremio transita actualmente un proceso de conciliación obligatoria en Santa Cruz por despidos en Cerro Negro, con nueva audiencia el 26 de noviembre. “Defendemos cada puesto de trabajo y el poder adquisitivo de los compañeros. Aspiramos a recuperar la previsibilidad de las paritarias anuales, que permitan planificar mejor el salario y la vida de los trabajadores”, sostuvo.

La reforma laboral y el sentido del trabajo

En relación con los proyectos de reforma laboral impulsados por sectores del oficialismo, el referente de ASINEMIN fue contundente: “Ninguna reforma laboral genera empleo. Estas propuestas apuntan a debilitar la organización sindical, eliminar derechos y fomentar la precarización”.

Advirtió que las ideas de ampliar la jornada laboral, flexibilizar despidos o fraccionar las indemnizaciones “nos retrotraen a la década de los 90”. “No hay que tener miedo de decirlo: son medidas regresivas que castigan al trabajador y favorecen la especulación”, expresó.

El gremialista defendió un enfoque diferente: “Si vamos a discutir una reforma laboral, hagámoslo para reducir la jornada a seis horas, fomentar la igualdad de género, facilitar la jubilación anticipada en sectores de alto riesgo y promover la participación de los trabajadores en las ganancias. Esa es la reforma que queremos”.

Mena recordó que en los países desarrollados las jornadas laborales rondan las 36 a 40 horas semanales: “En Argentina tenemos una de las más extensas del mundo. Plantear extenderla a 12 horas es una locura. ¿Dónde queda el tiempo para la familia, para la formación, para la vida?”.

Marcelo Mena sintetiza la mirada de un sindicalismo minero que busca equilibrio entre desarrollo económico, sustentabilidad ambiental y justicia social. Frente a los intentos de flexibilización, reafirma el rol del trabajo como eje de dignidad y cohesión.

“Los minerales pertenecen al pueblo, y el primer beneficiado debe ser la gente”, resumió. Con esa premisa, el dirigente convoca a una agenda que combine producción, diálogo y respeto por los derechos laborales, en un país que necesita inversiones genuinas y un modelo de crecimiento con equidad.

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