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La FTIA logró imponer sus pretensiones y cerró la actualización de los salarios de Alimentación tras lograr un acuerdo con la patronal.

La Federación de Industrias de Productos Alimenticios y Afines y los paritarios de Alimentación acordaron la actualización salarial del CCT 244/94 por un periodo trimestral, tal como lo venían reclamando los principales referentes del gremio, Rodolfo Daer y Héctor Morcillo.

El comunicado emitido por la Federación destaca el esfuerzo y el apoyo de las trabajadoras y trabajadores de Alimentación que respaldaron las gestiones de los paritarios durante el duro proceso de negociación con los representantes empresarios.

Acuerdo por el periodo mayo – julio

La FTIA ratificó en la sede del Ministerio de Trabajo, la actualización del Convenio Colectivo que rige para las trabajadoras y trabajadores de Alimentación.

La FTIA logró un acuerdo trimestral del 35%.

El aumento trimestral correspondiente al periodo mayo – julio del 2023 será del 35% a pagar en tres cuotas.

La primera será del 15%, retroactiva a mayo, el aumento de junio será del 9% y  el correspondiente al mes de julio, del 11%.

El acuerdo determina que los representantes de Alimentación y la parte empresaria deben volver a negociar a partir de la segunda quincena de julio. 

 Un acuerdo que protege el poder de compra de los salarios

El acuerdo trimestral tiene como objeto proteger el poder de compra de los salarios y no dilatar las negociaciones en un contexto inflacionario como el que atraviesa la economía Argentina.

Los porcentajes de actualización se fijaron en función de la inflación proyectada para los próximos tres meses.

En caso de que los incrementos de precios sean mayores al 35%, los paritarios tendrán la posibilidad de revisar los aumentos en julio.

Alimentación cerró una paritaria trimestral del 35%.

El acuerdo obtenido por Alimentación se ubica entre los mejores del periodo 2023, considerando el porcentaje y que es por un periodo trimestral.

Entre los acuerdos más destacados se encuentran los de UPCN, que alcanzó un 33% para el periodo junio – agosto, o Petroleros cerró un 23% para el trimestre abril-junio.

Algunos de los acuerdos semestrales, como Bancarios (66% retroactiva a enero último y hasta julio próximo) o Sanidad (50% para el periodo abril-septiembre), pueden ser superados si en julio la Federación mantiene la línea de negociación y sostiene la lucha para que los salarios sigan creciendo por encima de la inflación.

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Paros de controladores aéreos amenazan los vuelos nacionales durante las fiestas

ATEPSA anunció un paro progresivo a partir del 18 de diciembre en reclamo de mejoras salariales y por presuntos incumplimientos paritarios por parte de EANA. El conflicto podría escalar e impactar en vuelos nacionales e internacionales en pleno comienzo de la temporada alta.

La tranquilidad previa a las fiestas de fin de año quedó en suspenso tras el anuncio de la Asociación de Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA). El gremio adelantó un plan de lucha progresivo que comenzará el miércoles 18 de diciembre y que amenaza con interrumpir o demorar vuelos en todos los aeropuertos del país.

El detonante del conflicto está en los reclamos salariales y en lo que los trabajadores denuncian como incumplimientos paritarios por parte de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA). También señalan el desconocimiento del Convenio Colectivo de Trabajo, la “falta de diálogo” y la ausencia de respuestas a los planteos elevados en los últimos meses.

La medida se definió en una asamblea en la sede central de EANA, donde los controladores expresaron su “repudio a la falta de negociación” y ratificaron que retomarán un plan de acción iniciado el 3 de noviembre y que había quedado en suspenso por la conciliación obligatoria dictada en agosto.

Aumenta la tensión: paros progresivos y la posibilidad de escalar a vuelos internacionales

ATEPSA informó que el cese de actividades comenzará afectando a los vuelos nacionales, pero advirtió que, de persistir el conflicto, las medidas podrían extenderse a los vuelos internacionales, complicando uno de los períodos de mayor demanda de todo el año.

Aunque el gremio todavía no difundió el cronograma detallado, anticipó que durante los próximos días realizará asambleas nacionales para definir horarios, modalidades y alcances de cada instancia del plan de lucha. “Meses sin respuestas, salarios por debajo de la inflación y un convenio colectivo desconocido”, argumentaron desde el sindicato.

Desde la empresa, en cambio, aseguran que el acuerdo paritario sigue vigente hasta diciembre y que no existen atrasos salariales, una postura que profundizó el malestar entre los controladores.

Un conflicto que se agrava por el deterioro del diálogo

La reactivación de la protesta refleja la falta de avances en las negociaciones. El gremio acusa a EANA de incumplir un acuerdo firmado hace más de dos meses, mientras que la empresa sostiene su posición y niega irregularidades. La distancia entre ambas partes llevó a un nuevo foco de tensión que amenaza con expandirse durante la temporada alta.

“Instamos a EANA a dar respuestas. Sin diálogo, nos veremos obligados a incrementar las medidas legítimas de acción sindical”, advirtió ATEPSA. Para este viernes está prevista una audiencia en la Secretaría de Trabajo que buscará acercar posiciones y evitar una paralización que podría afectar a miles de pasajeros.

Desde EANA afirmaron que “el paro aún no está confirmado”, aunque no mostraron señales de flexibilizar la postura que originó el conflicto. Así, la principal expectativa para desactivar las medidas parece quedar en manos de la Secretaría de Trabajo, que podría dictar una nueva conciliación obligatoria, como ya ocurrió en reclamos anteriores.

Sin embargo, incluso esa alternativa sólo patearía la disputa hacia enero, otro mes de alto movimiento turístico, sin resolver de fondo la discusión salarial ni las diferencias sobre el convenio colectivo.

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La inflación volvió a acelerarse y golpea con más fuerza en alimentos, transporte y servicios esenciales

El IPC de noviembre marcó 2,5%, el registro más alto en siete meses. Pero detrás del dato general, los aumentos se concentraron en los rubros vitales para la vida cotidiana: alimentos, transporte y servicios públicos. Las canastas básicas volvieron a superar con claridad a la inflación, dejando a la mayoría de los trabajadores por debajo del umbral de pobreza.

De acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el Indec, la inflación de noviembre fue del 2,5%, el tercer incremento consecutivo y el mayor desde abril. La variación interanual trepó al 31,4%, mientras que la acumulada del año alcanzó el 27,9%. Sin embargo, el dato global es apenas el punto de partida: el verdadero impacto se observa en los rubros básicos que lideraron las subas.

El capítulo Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles encabezó los aumentos con un 3,4%, principalmente por las actualizaciones en las tarifas de luz y gas. Pero el golpe más duro —como viene ocurriendo desde hace meses— volvió a darse en alimentos y bebidas crecieron 2,8%, aunque con fuertes disparidades internas: la carne y las frutas traccionaron muy por encima del promedio. Según los datos oficiales, el asado subió 13%, la nalga 10%, la carne picada 9,5%, mientras que las frutas saltaron 11,4% y las verduras 3,7%.

Un diciembre con riesgo inflacionario y perspectivas más tensas

Las consultoras privadas proyectan una inflación de 2,3% para diciembre, aunque con riesgos al alza por nuevas correcciones de precios regulados y ajustes en alimentos. Economistas como Gonzalo Carrera (Equilibra) advierten que, tras haber tocado un piso, la inflación interanual comenzó a acelerarse “aunque sea 0,1 punto”, signo de que “bajar una inflación moderada es más difícil” y que los aumentos en carne y tarifas dejan poco margen para un alivio rápido.

Firmas como Adcap y EcoGo coinciden en que el proceso de desinflación entró en una etapa más lenta, con un piso inercial alto marcado por el arrastre de tarifas, combustibles y alimentos frescos.

Noviembre dejó una conclusión contundente: la inflación no sólo volvió a subir, sino que lo hizo de manera más agresiva sobre los bienes esenciales, aquellos que definen el nivel de vida de los sectores populares y de la clase trabajadora. Mientras los salarios continúan rezagados, las canastas básicas avanzan a un ritmo que multiplica la vulnerabilidad social. La señal de alerta está encendida: la recuperación real del ingreso está aún lejos, y cada nuevo mes de remarcaciones en alimentos y servicios críticos profundiza la distancia entre el costo de vida y los ingresos formales.

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El 18 de diciembre, la CGT vuelve a la calle y se planta frente a la reforma laboral

La Confederación General del Trabajo (CGT) decidió dar un paso al frente y convocar a una movilización nacional el próximo 18 de diciembre, con epicentro en la Plaza de Mayo y réplicas en todo el país. La medida, confirmada por fuentes sindicales, constituye la primera reacción orgánica y contundente del movimiento obrero frente al proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno y enviado recientemente al Congreso.

La decisión no es menor: llega en momentos en que el oficialismo busca avanzar con celeridad sobre un paquete de reformas económicas y estructurales durante las sesiones extraordinarias del Congreso. En ese marco, la reforma laboral aparece como una de las iniciativas más sensibles, tanto por su impacto directo en las condiciones de empleo como por su fuerte contenido ideológico.

Entre los artículos más resistidos por la CGT y las centrales sindicales se encuentran las modificaciones en el régimen de indemnizaciones por despido, la flexibilización en los esquemas de contratación, los cambios en los aportes patronales y la reconfiguración del sistema de negociación colectiva. Cada uno de estos puntos reavivó históricas tensiones entre el sindicalismo y los gobiernos que impulsan desregulaciones profundas en el mercado laboral.

Este jueves, la CGT reunió a su Consejo Directivo en la histórica sede de Azopardo 802. Bajo la conducción de los triunviros Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello, la mesa chica analizó en detalle el contenido del proyecto oficial y definió una postura unificada: rechazo frontal y movilización masiva. El clima, según confiaron participantes del encuentro, fue de “preocupación, pero también de firmeza”.

La convocatoria del 18 de diciembre no solo apunta a mostrar capacidad de movilización, sino también a enviar un mensaje político directo: el sindicalismo no está dispuesto a permitir que el Gobierno avance sin resistencia sobre aspectos nodales del sistema de derechos laborales vigente. La jugada se inscribe dentro de una estrategia más amplia de la central obrera, que combina presión callejera, diálogo político con sectores opositores del Congreso y trabajo técnico para intentar frenar o modificar el articulado más conflictivo del proyecto.

En paralelo, en la Casa Rosada observan la maniobra con atención. Saben que la marcha será un indicador clave del músculo sindical en un momento crítico del debate legislativo. También entienden que, de masificarse, podría abrir un frente político que complique la ingeniería parlamentaria diseñada por el oficialismo para aprobar la reforma antes de fin de año.

El llamado a la movilización se da además en un contexto en el que la relación entre el Gobierno y el movimiento obrero atraviesa su momento más tenso desde el inicio de la nueva gestión. Para la CGT, el avance de una reforma de este calibre sin consenso social ni negociación suficiente constituye un límite claro. Para el oficialismo, en cambio, la transformación del mercado laboral es vista como una pieza esencial de su programa económico.

La marcha del 18 de diciembre se perfila como el primer gran test de fuerza entre la CGT y el Gobierno de Javier Milei desde que comenzó el debate legislativo de la reforma laboral. En un clima político cargado de tensiones, la movilización funcionará como un termómetro decisivo: medirá la capacidad de resistencia del movimiento obrero y pondrá a prueba la determinación del Ejecutivo para avanzar con uno de los cambios más trascendentes —y controvertidos— en materia laboral de las últimas décadas. Cuando termine el día, quedará claro si el Gobierno enfrenta un obstáculo circunstancial o el inicio de una oposición sindical más organizada y persistente.

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