Médicos residentes reclaman mejoras salariales
Este jueves 27 de abril Médicos residentes de San Juan irán al paro para reclamar por una mejora en el sueldo ya que estos están por debajo de la canasta básica.
Noelia Babugia,representante de los médicos residentes dijo: hemos presentado notas y tratamos de dialogar sin éxito con las autoridades del Gobierno.
La medida se tomó porque aún no pudieron llegar a un acuerdo económico que los deje satisfechos con el reclamo. Esto se debe a que Gobierno ofreció aumentar un 50% desde el próximo mes, otro 10% en julio y un 10% en septiembre. Sin embargo, los profesionales señalaron que con la realidad económica que está viviendo el país esta propuesta no es satisfactoria.
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Una dirigente de peso en la CGT advierte sobre el riesgo de legalizar jornadas de 13 horas
Durante el Encuentro de Mujeres Sindicalistas de la CGT, realizado en San Juan, la secretaria adjunta de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación, Maia Volcovinsky, calificó como “inhumana” la propuesta de extender la jornada laboral a trece horas y cuestionó la orientación de la reforma laboral que el Gobierno busca instalar. La dirigente, mencionada como posible integrante del próximo triunvirato cegetista, advirtió que las políticas oficiales “reeditan las recetas fracasadas de los años noventa”.
El debate sobre la futura conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) coincidió esta semana con una nueva controversia en torno a la reforma laboral. En ese marco, Maia Volcovinsky, una de las mujeres con mayor proyección dentro del movimiento obrero, expresó su rechazo a la propuesta de ciertos sectores empresariales que promueven la extensión de la jornada laboral hasta las trece horas diarias.
“La idea de ampliar la jornada es inhumana. No solo se trata de una regresión normativa, sino de una negación de los avances sociales y tecnológicos que deberían servir para mejorar la calidad de vida, no para degradarla”, sostuvo la dirigente durante el Encuentro de Mujeres Sindicalistas, celebrado días atrás en la sede de la CGT provincial.
Para Volcovinsky, los anuncios vinculados a la reforma laboral “son un compendio de las peores ideas que circularon en los últimos treinta años”. Su reflexión apuntó a que, mientras la tecnología amplía las posibilidades de organización productiva, las políticas laborales que impulsa el oficialismo “pretenden retrotraer las condiciones de trabajo a un esquema casi preindustrial”.
“El mundo involuciona mientras la técnica avanza. En lugar de distribuir el trabajo y reducir las cargas horarias, se busca extenderlas, apropiándose del tiempo vital de las personas. El banco de horas que promueven implicaría la completa disposición de la vida del trabajador. Todo lo que están pensando va en contra de los derechos laborales y de la dignidad humana”, remarcó.
“Un revival del Decreto 70”
En declaraciones radiales posteriores, Volcovinsky profundizó su análisis y comparó los lineamientos oficiales con los intentos flexibilizadores del pasado reciente. “Es un revival del Decreto 70 y de los proyectos frustrados de los noventa. Nunca pudieron demostrar que estas reformas generen empleo. Al contrario, cada vez que se aplicaron, la formalidad cayó abruptamente”, explicó.
Según la sindicalista, la relación entre flexibilización y empleo no solo es inexistente, sino inversa: “Cuando se desprotege al trabajador en un contexto de recesión o estancamiento, lo que sigue es el cierre de pymes y la pérdida de puestos registrados”.
Volcovinsky argumentó que “la recuperación del empleo formal depende de un cambio de orientación económica, de políticas de estímulo productivo y de fortalecimiento del mercado interno”, y advirtió que “el Gobierno no tiene nada de eso en agenda, solo busca reducir derechos”.
Recordó además que “tras un año y medio de la Ley Bases, se eliminaron las multas por trabajo informal con el pretexto de promover la registración, pero hoy tenemos el nivel de informalidad más alto en diecisiete años”.
Mujeres y conducción sindical
Consultada sobre la posibilidad de que una mujer integre el próximo triunvirato de la CGT, Volcovinsky sostuvo que la central obrera “necesita reflejar la transformación que las trabajadoras ya expresan en cada sector”.
“La mejor representación sería un triunvirato que exprese la renovación y el cambio cultural que pretendemos imprimirle a la estructura sindical. En ese marco se discute la presencia de una mujer, pero aún no hay nombres definidos”, puntualizó.
El encuentro en San Juan, que reunió a dirigentas de todo el país, abordó temas de fondo: la reforma laboral, la defensa de los derechos conquistados y la necesidad de fortalecer la voz femenina dentro de la conducción sindical. Para las participantes, la inclusión de mujeres en la cúpula cegetista no es solo una cuestión de representación, sino una condición necesaria para actualizar la mirada de la central en un contexto de cambios políticos y económicos acelerados.
Las declaraciones de Maia Volcovinsky resumen el dilema que atraviesa el sindicalismo argentino: entre la presión reformista del Gobierno y la búsqueda de una renovación interna que incorpore nuevas perspectivas, especialmente la femenina. Su advertencia sobre la extensión de la jornada laboral condensa una postura que combina rigor técnico, memoria histórica y convicción política.
Mientras el oficialismo insiste en avanzar con su programa de desregulación, el movimiento obrero —y en particular sus dirigentas emergentes— vuelve a instalar una pregunta de fondo: ¿hacia qué modelo de trabajo quiere avanzar la Argentina del siglo XXI?
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Tercer Encuentro de Mujeres en San juan: “Queremos compañeras en los máximos cargos de conducción”
Durante el 3° Encuentro de Mujeres Trabajadoras realizado en la CGT San Juan, referentes nacionales como Marina Jaureguiberry, Maia Volcovinsky y Paula Martínez reclamaron mayor representación femenina en los espacios de conducción sindical. El pedido llega en vísperas de la renovación de autoridades de la central obrera y expone una deuda estructural del movimiento obrero con la igualdad de género.
El sindicalismo argentino atraviesa una etapa de redefinición interna. A pocos días de que la Confederación General del Trabajo (CGT) elija una nueva conducción, un grupo de dirigentas nacionales levantó la voz para plantear un reclamo que ya no puede ser postergado: la participación efectiva de las mujeres en la estructura de poder del movimiento obrero.
El 3° Encuentro de Mujeres, reunió a decenas de delegadas sindicales de distintos puntos del país. La jornada estuvo encabezada por tres figuras de peso: Marina Jaureguiberry, del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP); Maia Volcovinsky, de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN); y Paula Martínez, de la UOCRA. Todas coincidieron en un punto: la CGT necesita una conducción que refleje la diversidad del mundo laboral actual, donde las mujeres ya no son minoría, pero siguen sin ocupar los principales puestos de decisión.
“Tenemos muchas secretarias generales en todo el país, pero están invisibilizadas. Queremos compañeras en los máximos cargos de conducción y con poder real para decidir”, sostuvo Jaureguiberry, en una frase que sintetizó la demanda colectiva. El planteo va más allá de la representación simbólica: se trata de acceder al núcleo donde se definen las políticas, las estrategias gremiales y las alianzas de poder.

Durante la jornada se discutieron las brechas laborales y sindicales que persisten a pesar de los avances en la agenda de género. Las oradoras destacaron la necesidad de incorporar una mirada transversal sobre las desigualdades, no solo en la distribución de cargos, sino también en las condiciones de trabajo, los salarios y el reconocimiento de las tareas de cuidado. Recordaron que, durante la pandemia, las mujeres sostuvieron sectores esenciales —salud, educación, asistencia comunitaria— sin recibir un reconocimiento proporcional.
En uno de los pasajes más destacados del encuentro, Paula Martínez, representante de UOCRA Mujeres, abordó la transformación de sectores históricamente masculinizados. “La construcción sigue siendo un espacio dominado por varones, pero las mujeres siempre estuvieron ahí, solo que nadie las veía. Hoy empezamos a ocupar lugares y a organizarnos para cambiar esa cultura desde adentro”, afirmó. Su reflexión marcó un punto clave: la inclusión no se decreta, se conquista en el terreno y se consolida con formación, presencia y persistencia.
Por su parte, Maia Volcovinsky apeló a una idea de sindicalismo renovado: “La participación no se impone desde un estrado; se construye desde la confianza y la horizontalidad. Si queremos debatir el país que viene, necesitamos que las mujeres estén en esa mesa”. Su mirada aportó una lectura política de fondo: sin una reforma cultural dentro del movimiento obrero, no habrá paridad genuina, y las conquistas formales seguirán siendo parciales.
El reclamo no se da en el vacío. Llega en un contexto en el que la CGT se prepara para elegir nuevas autoridades el 5 de noviembre, tras la decisión de los actuales secretarios generales —Héctor Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello— de no buscar la reelección. Ese recambio abre una oportunidad inédita para revisar la composición de la conducción y dar lugar a una dirigencia más representativa del nuevo mapa laboral argentino.
La cuestión de género en el sindicalismo no es solo un tema de justicia interna: es también un desafío estratégico. El rol de las mujeres trabajadoras en la economía, en el sector público y privado, en la industria y los servicios, creció de manera sostenida en las últimas décadas. Sin embargo, las estructuras gremiales continúan respondiendo a una lógica vertical y masculina, heredera de un tiempo donde la representación obrera era casi exclusivamente masculina.
El debate abierto en San Juan excede los límites del sindicalismo: interpela a toda la estructura de poder del país. Las mujeres de la CGT no reclaman un gesto simbólico, sino un cambio cultural que democratice la toma de decisiones y refleje la pluralidad del movimiento obrero.
A medida que la central sindical se encamina hacia una nueva etapa, el reclamo por la igualdad de género deja de ser una demanda sectorial y se convierte en un test de modernidad institucional.
El futuro de la CGT —y del sindicalismo argentino— dependerá, en gran parte, de su capacidad para incorporar esa diversidad sin perder cohesión ni fuerza política.
En definitiva, el desafío no es solo abrir espacios, sino redefinir el poder desde una perspectiva más justa, inclusiva y representativa.
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San Juan, epicentro del reclamo por la paridad sindical en la CGT
La CGT San Juan abrirá sus puertas este martes 28 de octubre para recibir a destacadas dirigentes nacionales del movimiento obrero, en una jornada que promete ser histórica.
El Encuentro de Mujeres Trabajadoras, que se desarrollará de 9 a 12 horas en España 366 Sur, convoca a trabajadoras, militantes y representantes gremiales para debatir el presente y futuro del sindicalismo argentino desde una mirada feminista y federal.
El evento contará con la presencia de Marina Jaureguiberry, secretaria general del SADOP nacional; Maia Volcovinsky, co-secretaria de Derechos Humanos de la CGT; y Paula Martínez, referente sindical, quienes llegarán a San Juan en el marco de una recorrida nacional por las regiones del país.
El objetivo: fortalecer la red de mujeres sindicalistas y consolidar la demanda por una conducción compartida en la CGT, donde la representación femenina tenga un lugar real en la toma de decisiones.
La lucha por una conducción paritaria
El reclamo por una mujer en el triunvirato de la CGT no es nuevo, pero hoy adquiere un impulso inédito.
En los últimos meses, más de 500 dirigentas de 34 gremios participaron en encuentros nacionales donde se elaboró la “Declaración de las Mujeres Trabajadoras de la CGT”, un documento que exige la plena participación de las mujeres en la conducción sindical y reivindica la paridad como una expresión de justicia y de representatividad.
“El protagonismo femenino dentro del movimiento obrero ya no es una aspiración, es una realidad cotidiana que debe reflejarse en la estructura de poder”, sostiene el texto, leído en una multitudinaria reunión de la Mesa de Mujeres de la CGT.
Allí se enfatizó que la paridad no debe ser vista como una concesión, sino como una consecuencia natural del trabajo, la militancia y la construcción colectiva que las mujeres han desarrollado durante décadas en los distintos gremios.
Entre los principales referentes sindicales que respaldaron esta iniciativa se encuentran Héctor Daer, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri, Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Julio Piumato, quienes participaron de los debates en señal de apoyo a un proceso que, aunque interno, tiene una fuerte proyección política y social.
De Eva Perón a las nuevas generaciones
El avance de las mujeres dentro de la CGT se consolidó a partir de la reforma del Estatuto en 2021, que incorporó la paridad de género en el Consejo Directivo. Desde entonces, se multiplicaron los espacios de formación, los encuentros regionales y las articulaciones entre gremios.
Ese proceso de fortalecimiento tuvo su anclaje simbólico en una tradición que se remonta a los orígenes mismos del movimiento obrero organizado y a la figura de Eva Perón, que supo conjugar el poder político con la organización de las trabajadoras.
“Venimos de una historia que nos legó Eva Perón: la organización y el poder de las mujeres. Este es un día histórico; cuando se cuente esta historia podremos decir que estuvimos acá, siendo protagonistas”, afirmó Marina Jaureguiberry, secretaria general del SADOP, durante uno de los encuentros recientes.
En la misma línea, Maia Volcovinsky destacó:
“Si pedimos estar en los niveles de decisión es porque lo practicamos hacia adentro. Somos quienes más sufrimos las políticas neoliberales, pero también las que más trabajamos para revertirlas. Nuestra participación fortalece a la CGT y al país.”
El desafío de representar a todas
El reclamo por una mujer en el triunvirato apunta a redefinir la distribución real del poder dentro del sindicalismo argentino. En una CGT históricamente conducida por hombres, las dirigentas sostienen que la inclusión femenina aporta una perspectiva más amplia y social, que abarca no solo la defensa del empleo y los salarios, sino también las condiciones de vida, la equidad y la economía del cuidado.
En un contexto económico complejo —marcado por la pérdida del poder adquisitivo, la informalidad y la precarización—, el sindicalismo femenino emerge como un actor estratégico para reconstruir una agenda de derechos con perspectiva de género y justicia social.
La “Declaración de las Mujeres Trabajadoras” lo sintetiza con claridad:
“Somos parte sustancial de la unidad. Nacimos y crecimos dentro del trabajo, de la organización y de la lucha. Sostenemos la fuerza, el pensamiento y la estructura del sindicalismo argentino.”

El Encuentro de Mujeres Trabajadoras en la CGT San Juan no será una jornada más en el calendario sindical. Se trata de un punto de inflexión en la disputa por la representación real dentro del movimiento obrero, donde el interior del país toma protagonismo y las mujeres exigen ocupar el lugar que ya ganaron en la práctica.
La visita de las referentes nacionales y la movilización local de trabajadoras consolidan una convicción compartida: la transformación del sindicalismo argentino será con las mujeres adentro, o no será. San Juan, esta vez, se convierte en el escenario donde ese cambio empieza a tomar forma.
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