La séptima etapa del ATP asistió a mas de 55000 trabajadores
Cerró el programa 8, con el que se atenderá a los sectores más críticos que no se reactivaron

La séptima etapa del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) permitió en las primeras semanas de noviembre el pago del salario complementario correspondiente a octubre de 38.400 empresas, lo que representó un universo de 551.000 trabajadores. Así se destacó durante el encuentro de gabinete económico que se desarrolló este miércoles en la Casa de Gobierno, que encabezó el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, en la que se volvió a destacar la recuperación en los niveles de actividad económica que se viene registrando en los últimos meses.
Con respecto al ATP 8, que permitirá continuar con la asistencia a las empresas que se desempeñan en sectores críticos para el pago de la nómina salarial devengada en noviembre, la inscripción se encuentra abierta hasta este jueves 26 de noviembre, a través de la página web de AFIP.
Al igual que en el ATP 7, podrán ser asistidas a través del pago de los salarios complementarios, los préstamos o el Repro II, teniendo en cuenta las diferencias sectoriales y los niveles de facturación observado en cada caso.
Al término de la reunión del gabinete económico, Kulfas destacó que se advierte «un escenario de recuperación económica que es heterogénea, que tiene que ver con sectores que están funcionando mucho mejor» y que en el caso de la industria reflejó en septiembre 10 de 16 ramas en crecimiento respecto de 2019.
«Esto también se ve en octubre y primeras semanas de noviembre pero conviviendo con sectores que están con un grado de dificultad no menor, caso gastronomía, hotelería que se están recuperando mucho más lentamente afectadas por las medidas de distanciamiento», dijo el ministro. En ese análisis de la evolución de la actividad de las empresas a la par de la paulatina apertura de la actividad económica, el Gobierno había decidido para este mes destinar el esfuerzo del Estado en el ATP a los sectores críticos.
Así, el ATP7 permitió en las primeras semanas de noviembre el pago del salario complementario correspondiente a octubre de 38.400 empresas, lo que representó un universo de 551.000 trabajadores.
En base a los números oficiales, en octubre también se inscribieron 11.400 empresas con una nómina de 175.000 trabajadores para acceder al crédito a tasa subsidiada, con tres meses de gracia y que deben ser abonados por las compañías en doce cuotas fijas. Estos préstamos pueden convertirse en subsidios si, al finalizar los mismos, las empresas demuestran un incremento en la cantidad en su plantilla de trabajadores.
Para el Gobierno, estos resultados demuestran que el número de empresas beneficiadas por el programa disminuyó considerablemente en virtud de la reactivación del entramado productivo que ya puede observarse en indicadores varios vinculados con el nivel de actividad.
Kulfas se refirió, en particular, al sector de la construcción, en el que dijo se observa «un crecimiento muy fuerte y que permitió ver en el mes pasado el mejor octubre de los últimos 20 años, en términos de venta de materiales para la construcción».
«Esto tiene que ver con que se reactivó una parte de las obras que habían quedado en alguna medida paralizadas por la pandemia y porque venimos de tres años con una reducción (de la actividad) del sector que está recuperándose fuertemente y en mejores condiciones», enfatizó. No obstante, destacó que «la producción no está al nivel de la demanda» por las restricciones de personal en las empresas pero también por «algunas prácticas especulativas que estamos controlando con la Ley de Abastecimiento para reprimir esas maniobras».
En la reunión también se expusieron diferentes ejes en desarrollo en el Ministerio de Salud para la transformación del sistema de salud, basados en la gobernanza y la asignación estratégica de recursos.
Más allá de la coyuntura, se analizó el fortalecimiento de la red prestacional asistencial, la promoción y extensión de la salud digital, el incremento de la articulación federal y la mayor interacción entre los subsistemas.
De la reunión también participaron los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; de Trabajo, Claudio Moroni; de Salud, Ginés González García; la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont; el presidente del Banco Central, Miguel Pesce y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco.
También asistieron el secretario de Hacienda, Raúl Rigo; la jefa de Gabinete de la cartera de Economía, Melina Mallamace; el superintendente de Servicios de Salud, Eugenio Zanarini y el secretario de Equidad en Salud, Martín Sabignoso.
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Martín Solazo (UOM San Juan): “No vemos luz al final del túnel”
En una entrevista con la UOM provincial, su titular Martín Solazzo lanzó un panorama crítico: la industria metalúrgica registra pérdidas sostenidas, y ya se estiman cerca de 22.000 puestos de trabajo menos a nivel nacional. Solazzo advierte que la combinación de desindustrialización, transferencia de producción al exterior y una reforma laboral que reduciría derechos amenaza con profundizar una crisis social y productiva que golpea con particular fuerza a las familias trabajadoras.
El diagnóstico que presenta la Unión Obrera Metalúrgica de San Juan, a través de su secretario general Martín Solazzo, no es un lamento aislado sino la concreción local de tendencias que, según el gremio, vienen consolidándose a escala nacional: caída sostenida de la producción industrial, reconfiguración de cadenas productivas hacia la exportación con escasa generación de empleo local y una pérdida de derechos laborales que lejos de “aliviar costos” para las empresas, terminaría por precarizar el trabajo y aumentar la desocupación.
Solazzo parte de datos recientes —entre ellos la caída de 6,4% de la industria entre octubre del año pasado y octubre de este año — para ilustrar una regresión que ubica la actividad en niveles comparables a la peor fase de la pandemia de 2020. Pero detrás de esa cifra hay historias concretas: empresas que optan por transformar sus plantas en centros de acopio o ensamblaje reducidísimo, despidos que, aun cuando no siempre aparezcan en los grandes titulares, suman sangrados permanentes en los padrones locales y una cadena de efectos que amplifica la vulnerabilidad familiar. En San Juan, el sindicato estima la pérdida de cerca de 180–200 empleos en el último año sólo en el metalúrgico; extrapolado al territorio nacional, el número de 22.000 puestos fuera del sistema constituye una amenaza económica y social de escala.
La explicación que ofrece Solazzo conjuga factores coyunturales y estructurales. En la primera línea está la política económica reciente: tipos de cambio, costos logísticos, condiciones para la inversión y un régimen tributario que, según el dirigente, castiga la producción local más que incentiva la actividad. Paradójicamente, las empresas pueden aumentar rentabilidad a través de la exportación de bienes o de la deslocalización de etapas productivas; el resultado es una fábrica que factura pero contrata menos. “La rentabilidad de la empresa no cae, al contrario, crece —dice Solazzo—. Pero eso no se traduce en empleo.” En segundo lugar, la reforma laboral propuesta por el oficialismo aparece en la entrevista como un nuevo eje de preocupación: el sindicato la califica de “receta vieja” que busca reducir derechos (horas, vacaciones, garantías colectivas) en nombre de la competitividad, cuando la solución real para aliviar costos empresariales debería pasar por una revisión tributaria y por políticas públicas que protejan la producción nacional.
El dirigente distingue, además, entre lo que son reivindicaciones legítimas de modernización y la pérdida de derechos encubierta. Reconoce que existen aspectos “modernizables” vinculados a tecnología y procesos productivos, pero sostiene que cualquier cambio debe discutirse puertas adentro de cada convenio colectivo, con la participación plena de las organizaciones gremiales y sin imposiciones externas que individualicen la negociación y debiliten la protección colectiva. Esta postura subraya la tradicional lógica sindical: defender salarios, condiciones y estabilidad como pilares de la reproducción social y de la demanda interna.
En su relato se esboza otro elemento: la respuesta práctica del sindicato ante el cierre o el riesgo de cierre. Lejos de limitarse a la protesta, la UOM local afirma haberse involucrado en gestiones no tradicionales —interceder en licitaciones, asistir a empresas con asesoramiento para sostener la producción— porque entiende que la inacción significaría resignar fuentes laborales. Es una admisión de incapacidad estructural: el sindicato no puede sustituir políticas públicas; pero lo hace porque la urgencia social lo obliga.
El riesgo de escalada social aparece como una consecuencia plausible si no se revertieran tendencias: miles de familias sin ingreso y sin redes de contención, desempleo técnico que se profundiza y un mercado interno que se contrae. En este punto, Solazzo hace una lectura política exigente: respeta los resultados electorales que dieron lugar al actual gobierno pero rechaza la dirección de sus medidas, y reclama apertura y rectificación en materia económica y laboral para evitar un deterioro mayor.
La experiencia histórica, citada por el propio dirigente gremial, muestra que intentos de flexibilización laboral sin políticas compensatorias suelen terminar en mayor informalidad y desempleo: episodios de los años 90 y otras experiencias recientes dan argumentos a quienes sostienen una política de sostén industrial. El desafío hoy es complejo: Argentina necesita equilibrio entre costos empresariales competitivos, protección del empleo y estímulos a la inversión productiva dentro del país. Las herramientas disponibles —crédito productivo, reducción selectiva de cargas, incentivos a la exportación con condiciones de empleo local, regulaciones que promuevan encadenamientos productivos— requieren diseño y consenso social. Sin diálogo y sin medidas de corto plazo que amortigüen la pérdida de empleo, las advertencias sindicales adquieren carácter preventivo, no únicamente reivindicativo.
La entrevista con Martín Solazzo condensa la percepción de un sector que siente que la política económica actual está debilitando su capacidad de producir y sostener empleo. Entre cifras de caída de la actividad, pérdida de puestos y una reforma laboral potencialmente regresiva, el reclamo sindical es claro: cualquier cambio debe priorizar la protección de derechos, la negociación colectiva y políticas públicas que incentiven la producción en suelo argentino. La alternativa, advierten desde la UOM, es un proceso de desindustrialización que no sólo reduce la economía real sino que deja a miles de familias sin sustento —un coste social que, remarcan, el país no puede permitirse.
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Advertencia de la UTA: Habrá paro de colectivos en diciembre si no se pagan salarios y aguinaldos en término
El sindicato de la Unión Tranviarios Automotor declaró el estado de alerta y anticipó que habrá paros en todas las líneas que no abonen sueldos y aguinaldos antes del cuarto día hábil de diciembre. Las empresas presionan al Gobierno por atrasos en los subsidios y plantean pagar el medio aguinaldo en hasta seis cuotas, una propuesta rechazada de plano por el gremio.
La Unión Tranviarios Automotor (UTA) encendió todas las alarmas de cara a diciembre y anunció un posible paro generalizado del transporte urbano si los trabajadores no perciben sus salarios y el medio aguinaldo en tiempo y forma. El secretario de Prensa del gremio, Mario Caligari, confirmó que la organización activó el estado de alerta luego de que varias empresas comunicaran que no podrán cumplir con los plazos legales de pago debido a supuestas demoras del Gobierno en el envío de subsidios.
La situación, que combina tensiones estructurales con un escenario económico cada vez más frágil, podría derivar en un diciembre con interrupciones masivas del servicio de colectivos en distintas regiones del país. El cuarto día hábil del mes fue señalado como un umbral determinante: “En cada empresa que el cuarto día hábil no pague los salarios, se va a parar”, advirtió Caligari en declaraciones a Splendid AM 990.
Las compañías transportistas afirman que las transferencias estatales no llegan con la regularidad necesaria para sostener los costos operativos y aseguran estar asfixiadas financieramente. Sin embargo, desde la UTA rechazan tajantemente ese argumento. “Nosotros no financiamos los sueldos ni los aguinaldos”, enfatizaron fuentes sindicales, dejando claro que la responsabilidad sobre la estructura de subsidios es exclusiva de las autoridades y los empresarios.
La propuesta de algunos operadores de pagar el aguinaldo en seis cuotas terminó por dinamitar cualquier margen de negociación. Para el sindicato, esa alternativa es inaceptable y vulnera un derecho básico de los choferes. “De ninguna manera, no es esa la forma”, afirmó Caligari, quien además cuestionó duramente lo que definió como una actitud histórica de victimización empresarial: “El síndrome del llanto lo tienen desde toda la vida”, disparó.
El vocero gremial subrayó que los conductores trabajan “los 30 días del mes y los 365 días del año”, y que por eso deben cobrar sus haberes “en tiempo y forma”, sin excepciones ni dilaciones. Incluso ironizó sobre el extremo al que, según su visión, pretenden llevar la discusión los transportistas: “Si fuese por los empresarios, nosotros tendríamos que pagar para trabajar”, sentenció, dejando al descubierto el nivel de desgaste en la relación entre ambos sectores.
Mientras tanto, el Gobierno permanece bajo presión de las empresas, que reclaman un esquema de compensaciones actualizado y previsible, capaz de sostener el funcionamiento del sistema. La incertidumbre sobre cuándo se normalizará el flujo de subsidios agrega tensión a un escenario ya delicado, que amenaza con impactar en millones de usuarios justo en el comienzo del mes de mayor demanda social.
El conflicto entre la UTA, las empresas de transporte y el Gobierno vuelve a poner en evidencia la fragilidad del sistema de subsidios y la persistente disputa por su financiamiento. Con un diciembre que asoma cargado de tensión, el gremio dejó en claro que no tolerará pagos atrasados ni fraccionados. Si no aparecen respuestas rápidas, el país podría enfrentar un paro de colectivos con fuerte impacto en la movilidad urbana y en la vida cotidiana de millones de personas.
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Fuerte rechazo docente a la reforma educativa que impulsa Milei
La Unión Docentes Argentinos y la CTERA declararon el estado de alerta frente al borrador de la llamada “Ley de Libertad Educativa”. Denuncian que la iniciativa desregula el sistema, debilita la educación pública, elimina la estabilidad docente y quita al Estado su rol de garante. También cuestionan la habilitación del home schooling, la enseñanza religiosa y la declaración de «esencialidad» que impediría los paros.
El Gobierno nacional abrió un nuevo frente de conflicto con los sindicatos docentes al poner en circulación un borrador de la denominada “Ley de Libertad Educativa”, una iniciativa que busca derogar la Ley de Educación Nacional Nº 26.206 —vigente desde 2006— y reemplazarla por un marco legal orientado a la desregulación del sistema educativo.
La Unión Docentes Argentinos (UDA), liderada por Sergio Romero, declaró el estado de alerta y anticipó su “rechazo absoluto” al texto conocido en las últimas horas. Para el dirigente, la propuesta no solo carece de diálogo previo sino que “serrucha el sistema educativo”, lo desmantela y lo reemplaza por un esquema privatista, con pérdida de derechos laborales y con un retiro explícito del Estado del rol de conducción y financiamiento.
“El proyecto derriba el sistema actual para sustituirlo por otro con tintes de privatización, confesionalidad, destrucción de la carrera docente, pérdida de estabilidad y una quita total del financiamiento”, expresó Romero.
El gremio adelantó que presentará su disidencia en el Consejo de Mayo, el espacio institucional donde el Gobierno llevó el borrador para su análisis.
Las claves de la reforma: desregulación, home schooling y potestad provincial
El texto habilita como “formas alternativas de enseñanza” el home schooling, la educación híbrida y la educación a distancia, sin fijar una edad mínima. En el caso de la educación en el hogar, se prevé que los estudiantes acrediten aprendizajes mediante exámenes periódicos.
Otro punto que generó fuerte rechazo es la apertura a que las provincias ofrezcan enseñanza religiosa confesional en las escuelas públicas, bajo modalidad optativa y fuera del horario escolar. Además, la norma permite que cada institución diseñe planes de estudio propios, coexistiendo con los diseños curriculares oficiales.
La iniciativa incorpora también la declaración de “esencialidad” para la educación básica, una figura que ya intentó impulsar el Gobierno mediante otras vías y que busca limitar de hecho la posibilidad de realizar paros docentes, al exigir la “continuidad mínima del servicio educativo”.
Romero anticipó que reclamará una reunión con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, para corroborar si el Ejecutivo avanzará en esa dirección. “Voy a intentar dialogar. Pero si ese diálogo no prospera, vamos a presentar formalmente nuestra disconformidad y evaluaremos medidas de fuerza”, afirmó.
Financiamiento y derechos laborales, en el centro del conflicto
Para UDA, uno de los aspectos más alarmantes es que el proyecto deroga íntegramente la Ley 26.206 y buena parte de la Ley 26.058 de Educación Técnico Profesional, además de eliminar la obligación del Estado de invertir al menos el 6% del PBI en educación.
“La inversión educativa es un pilar de desarrollo para cualquier Nación. Este borrador desvincula al Estado de la conducción política, administrativa y pedagógica del sistema, cuando debería hacerse todo lo contrario”, sostuvo Romero.
En el plano laboral, la propuesta avanza sobre la estabilidad docente, no hace referencia a paritarias y omite mecanismos de negociación colectiva. Para los gremios, esto representa un retroceso histórico que afecta derechos básicos reconocidos en cualquier actividad.
Otro punto señalado como crítico es el refuerzo del financiamiento a la gestión privada, lo que, según advierten, ocurre en detrimento de la educación pública y de los sectores más vulnerables que dependen de ella.
La postura de CTERA: “Un ataque a la escuela pública y al sistema democrático”
La Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) también repudió enérgicamente el proyecto. La organización encabezada por Sonia Alesso lo calificó como “un verdadero ataque al sistema democrático en su conjunto”, al considerar que elimina el papel del Estado como garante del derecho a la educación y reduce su responsabilidad al plano subsidiario.
Desde CTERA denuncian que, bajo la idea de “libertad”, el Gobierno pretende desarmar la escuela pública, debilitar a las organizaciones sindicales y avanzar sobre derechos sociales y laborales conquistados a lo largo de décadas.
La difusión del borrador de la llamada “Ley de Libertad Educativa” encendió de inmediato las alarmas en todo el arco gremial docente. La crítica central coincide en que el proyecto desregula el sistema, disminuye la responsabilidad estatal, promueve la privatización y recorta derechos laborales.
Con UDA y CTERA ya en estado de alerta, y ante la inminencia de presentaciones formales en el Consejo de Mayo, el escenario educativo se empantana en un clima de alta conflictividad. Si el Gobierno decide avanzar, los gremios anticipan un camino de resistencia que podría derivar en un nuevo ciclo de medidas de fuerza.
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