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El hecho Sucedió en la planta Llavallol. Los despedidos denuncian “causas inventadas” y persecución gremial.

Lucas Suárez y Hugo Fiorini son trabajadores despedidos de la planta Llavallón de Lomas de Zamora de la empresa Dánica en plena pandemia y a pesar de la vigencia del decreto que prohíbe los despidos.

Los empleados relataron la situación en una carta dirigida a sus compañeros para solicitar apoyo en el reclamo de reincoporación ante las autoridades de la empresa.

El hecho tiene una particularidad: Suárez y Fiorini ya habían sido despedidos en abril pasado por no aceptar realizar horas extras. Tras la lucha colectiva los reincorporaron, y hoy están otra vez en la calle por “causas inventadas”.

En el escrito, al que tuvo acceso Mundo Gremial, los trabajadores apuntan contra el Grupo Beltram, propietario de Dánica Llavallol, por despedir de “manera injusta” y “perseguir” a empleados por ejercer el derecho de representación sindical.

“Fuimos despedidos por segunda vez, en menos de tres meses, nuevamente de manera injusta, sin ningún motivo que justifique nuestros despidos y haciendo caso omiso tanto del decreto presidencial como de la “paz social” firmada con el sindicato unas semanas antes, solo podemos decir que a la empresa les molestamos, por el simple hecho de reclamar por nuestros derechos y el todos ustedes”, expresaron en la carta.

La paz social fue celebrada entre Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera (Soeia) y las autoridades de la empresa en el marco del Decreto de Necesidad y Urgencia 329/20 y sus respectivas extensiones, dictado por el gobierno nacional que prohibe los despidos sin causa justa.

Pero en Dánica Llavallol no se cumplió, según denunciaron los trabajadores. “Esto que hace la empresa no es nuevo, cada uno de ustedes recuerdan los 63 despidos, las rebajas salariales que sufrimos este último año y medio, y los “retiros voluntarios” que no son otra cosa que despidos encubiertos, algo que la empresa hizo desde el principio acá en LLavallol.

Suárez y Fiorini hacen referencia al conflicto suscitada en abril de 2019 con el despido de 63 trabajadores de Dánica; 33 en Llavallol y otros 30 en Villa Mercedes San Luis.

“Hoy compañeros nos toca a nosotros, que al igual que muchos de ustedes tenemos una familia a la cual llevarle el plato de comida, tenemos que pagar el alquiler y tantas otras cosas y la empresa sin importarle absolutamente nada quiere dejarnos sin ese sustento, que para nosotros al igual que para ustedes es lo único que tenemos”, señalaron en la carta.

En ese marco, piden el apoyo “para ser escuchados, para golpear más fuerte y para revertir esta situación”, pero aclaran: “necesitamos de todos ustedes”

“Hoy somos nosotros dos pero mañana puede ser cualquiera de ustedes, por eso no vamos a quedarnos de brazos cruzados y vamos a seguir peleando para ser reincorporados a nuestros puestos de trabajo, porque mientras hay un decreto presidencial que prohíbe los despidos, la empresa viola sin empacho la prohibición de despedir”.

El próximo lunes 3 de agosto habrá una tercera audiencia en el ministerio de Trabajo, donde los trabajadores exigirán la reincorporación, “ya que nuestros despidos son por muchos factores totalmente ilegales”, concluyeron.

Fuente:Lunes 3 de agosto 2020 Mundo Gremial

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La FEDUN lanza un relevamiento para trazar el mapa laboral de las universidades nacionales

La Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN) puso en marcha una amplia encuesta nacional destinada a conocer en profundidad las condiciones laborales, experiencias y percepciones de sus afiliados en las universidades públicas del país. El objetivo, señalan desde la conducción, es fortalecer las políticas de representación y diseñar acciones concretas que mejoren la calidad de vida del sector docente en un contexto de alta tensión económica y educativa.

Un diagnóstico participativo

La FEDUN, una de las organizaciones gremiales más representativas del sistema universitario argentino, lanzó un relevamiento integral que apunta a construir una radiografía actualizada sobre la situación docente.

En un comunicado difundido en su sitio oficial, el gremio explicó que la información recolectada “nos permitirá fortalecer las políticas de representación, diseñar acciones concretas que mejoren la calidad de vida de nuestros afiliados y promover un gremio más participativo, inclusivo y cercano a su gente”.

El planteo no es menor. En un contexto marcado por la pérdida de poder adquisitivo, la reducción presupuestaria y el incremento de la precarización laboral en distintos sectores del Estado, el sindicato busca apoyarse en datos verificables para orientar futuras estrategias gremiales y políticas públicas. “Cada voz es importante”, subraya el comunicado, insistiendo en la necesidad de un diagnóstico que refleje “con fidelidad la situación del sector y oriente las decisiones futuras”.

Qué releva el cuestionario

La encuesta —de participación voluntaria y confidencial— recopila información diversa sobre las condiciones de trabajo, formación, salud y contexto sociolaboral de los afiliados.
Entre los datos solicitados se encuentran el gremio de base, género, rango etario, antigüedad docente y lugar de residencia. También se indaga si el encuestado ha ocupado cargos de gestión, si realizó capacitaciones durante el último año o si atravesó situaciones de violencia o discriminación en su ámbito laboral, ya sea de tipo psicológica, simbólica, física o institucional.

Uno de los apartados más sensibles del formulario apunta a conocer el impacto de las condiciones laborales sobre la salud psicofísica de los trabajadores universitarios y si debieron tomar licencias médicas en el último año. También se consulta sobre la existencia de protocolos de intervención ante hechos de violencia institucional o acoso, un aspecto clave en el debate contemporáneo sobre ambientes laborales seguros en la educación superior.

El cuestionario, además, incorpora un capítulo sobre contexto económico y político, donde se invita a reflexionar sobre los cambios percibidos en las condiciones de trabajo: hacinamiento áulico, reducción de dedicación docente, ausencia de concursos, incremento de tareas sin aumento de horas o recortes derivados de modificaciones en los planes de estudio.

Entre la crisis económica y la vida universitaria

El relevamiento no se limita a los aspectos laborales. También explora el costado humano y social de la docencia universitaria en tiempos de crisis: desde el impacto del estrés hasta las estrategias personales para afrontar la inflación, la sobrecarga de tareas o la pérdida de ingresos.
Las opciones de respuesta van desde la reducción de gastos y el cambio de hábitos de consumo hasta la búsqueda de ingresos extra, la migración temporal o el apoyo de familiares y programas sociales.

Este enfoque integral, que abarca tanto la vida profesional como la personal de los docentes, busca ofrecer un panorama más completo del desgaste acumulado en un sector clave del sistema científico y educativo argentino.

El desafío de transformar el diagnóstico en acción

La encuesta impulsada por la FEDUN trasciende el mero relevamiento estadístico. Representa un intento de construir una voz colectiva capaz de traducirse en políticas gremiales más efectivas, en un momento en que la educación superior enfrenta presiones presupuestarias, salariales y simbólicas.

Convertir esos datos en acción será, quizás, el desafío central: que la escucha se transforme en representación real y que el diagnóstico impulse cambios concretos en las universidades nacionales.
En palabras del propio gremio, “cada voz cuenta” —y en ese contar, puede comenzar a delinearse la próxima etapa de la defensa universitaria argentina.

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Los bancarios cobrarán un plus extraordinario y el sueldo inicial trepará a más de $3,6 millones

El gremio que encabeza Sergio Palazzo confirmó el pago de un bono extraordinario superior a los $1.700.000 para los trabajadores bancarios, en el marco de la celebración de su día este 6 de noviembre. Además, se acordó reabrir las paritarias en la segunda quincena del mes para actualizar salarios ante la inflación.

La Asociación Bancaria (AB) confirmó que los empleados del sector recibirán un súper bono de más de 1.700.000 pesos, que se abonará junto con los haberes de octubre y se imputará en concepto del Día del Bancario, celebrado este jueves 6 de noviembre. El acuerdo, firmado el 17 de octubre, se enmarca en la negociación paritaria continua que el gremio mantiene con las cámaras empresarias del sector.

Con este adicional, el sueldo inicial conformado para un trabajador bancario superará los 3.600.000 pesos, marcando un nuevo hito en la recomposición de ingresos dentro del sistema financiero. La medida fue resultado de una negociación que involucró al Banco Nación, la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPPRA), la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) y la Asociación de la Banca Especializada (ABE).

En el mismo entendimiento, las partes acordaron reabrir la paritaria en la segunda quincena de noviembre, en línea con el esquema de revisión mensual que el gremio viene aplicando para resguardar el poder adquisitivo frente al avance de los precios.

Desde La Bancaria destacaron que el reconocimiento económico tiene un valor simbólico y político, al coincidir con una fecha que resume un siglo de conquistas laborales.

“Esta fecha es el símbolo de una lucha colectiva que durante un siglo ha conquistado innumerables derechos que mejoraron la calidad de vida de cada trabajador y trabajadora”, expresaron desde el gremio en un comunicado oficial.

Asimismo, la entidad gremial subrayó avances recientes, como la incorporación de trabajadores de call centers bajo convenio bancario, los protocolos contra la violencia de género, el pago universal de guardería y la participación en las ganancias del sistema financiero (ROE), entre otros beneficios.

El Día del Bancario se celebra en conmemoración a la fundación de la Asociación Bancaria, el 6 de noviembre de 1924. Desde entonces, el artículo 50 del convenio colectivo estipula que la jornada sea considerada feriado nacional para todos los trabajadores del sector financiero.

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Otra vez sin ellas: la CGT y la deuda de género que no se salda

Por Ana Flores Sorroche

Entre negociaciones cerradas y tensiones internas, la CGT renovó su Consejo Directivo sin incluir a ninguna mujer en la conducción. Pese a los reclamos históricos del sindicalismo femenino, el triunvirato volvió a ser exclusivamente masculino. Las dirigentes acompañan, pero decidieron no prestarse a la foto.

La Confederación General del Trabajo (CGT) renovó este miércoles su conducción nacional, luego de una jornada intensa en el estadio Obras Sanitarias. Las decisiones finales, como suele ocurrir, se tomaron entre pocos.
Y una vez más, ninguna mujer fue considerada “a la altura” de integrar la cúpula sindical que conducirá el movimiento obrero argentino durante los próximos cuatro años.

Las imágenes que circularon tras el Congreso hablan por sí solas: en las primeras filas, los hombres del poder sindical; detrás, las dirigentes que acompañan orgánicamente, aunque esta vez muchas optaron por no posar para la foto.

Qué lejos quedaron los años del “Produzcan sin nosotras”, los reclamos por un feminismo que le hablara a las mujeres trabajadoras, o la lucha por el reconocimiento previsional del trabajo de cuidado en las jubilaciones. El tiempo pasó, las consignas mutaron, pero la estructura sindical sigue mostrando los mismos límites.

La decisión de mantener un triunvirato masculino —integrado por Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Mario Argüello— fue resultado de negociaciones en la cúpula cegetista, donde las mujeres apenas fueron tema de conversación, pero nunca prioridad.
Hasta días antes del Congreso, el nombre de Maia Volcovinsky, secretaria general adjunta de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), sonaba con fuerza. Contaba con el aval de varios sindicatos de peso, pero finalmente no fue incluida.

Fuera de la foto, pero no del reclamo, un grupo de mujeres sindicalistas volvió a cantar el ya clásico: “No vinimos por la foto, no servimos el café, queremos las compañeras conducir la CGT.”

La consigna no es nueva, pero sigue vigente.

A fines de octubre, previendo un desenlace adverso, el sector de Volcovinsky había organizado un encuentro con figuras de peso como Héctor Daer y Andrés Rodríguez, bajo el lema: “No es una concesión ni un símbolo vacío, sino un reconocimiento político.”
Tampoco alcanzó.

Otra de las voces que expuso el malestar fue Graciela Aleñá, secretaria general del Sindicato de Trabajadores de Vialidad Nacional, quien tras el Congreso expresó con dureza: “La de las mujeres es otra lucha que se tendrá que dar. Deberíamos unirnos todas las mujeres de la CGT para exigir un lugar como corresponde. Por un carguito más se olvidan. Si no nos unimos, no vamos a llegar a nada.”

Aleñá puso el acento en una disputa interna: ya no alcanza con reclamar que “den lugar”, sino construir poder para ocuparlo.

Por ahora, el reconocimiento político de las mujeres dentro de la CGT se mantiene en el mismo punto que hace cuatro años. Hay presencia activa y cierta paridad en las secretarías, pero el acceso a los espacios de conducción sigue vedado.
La historia parece repetirse: las trabajadoras sindicalizadas acompañan, impulsan y militan desde las bases, pero no llegan al centro de las decisiones.

El nuevo Consejo Directivo de la CGT vuelve a mostrar la deuda estructural del sindicalismo argentino con la paridad de género. En un contexto donde el movimiento obrero enfrenta desafíos inéditos —desde la pérdida del poder adquisitivo hasta la ofensiva sobre los derechos laborales—, la exclusión de mujeres en la conducción no es solo un dato simbólico: es una señal política.

El sindicalismo femenino mantiene su presencia, su voz y su reclamo, pero la pregunta sigue abierta:
¿cuánto más deberá esperar una compañera para conducir, en igualdad, el destino del movimiento obrero argentino?

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