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La firma tradicional de galletitas viene pagando en cuotas y debe aguinaldo. Ahora pidió concurso preventivo y busca renegociar una deuda de casi $300 millones.


Tras no haber podido regularizar su complicada situación financiera empujada por la grave situación económica que sufre el país, la fabricante de galletitas Tía Maruca decidió solicitar la apertura de su concurso preventivo. Lo hizo en los tribunales de San Juan, donde tiene su sede y su planta principal, con el objetivo de poder iniciar una etapa de reestructuración de su deuda de casi $300 millones.

Con ese marco, reveló IProfesional que el 2 de agosto pasado, la sociedad presentó el pedido de apertura de su proceso concursal y el de su controlada Dilexis S.A. Sus ejecutivos habrían optado por esta protección judicial al comprender que se trata de la mejor opción para enfrentar la crisis, ordenar las finanzas, intentar repagar su deuda e iniciar un proceso de recuperación societaria que le permita mantener su estructura actual y a la totalidad de su personal que actualmente ronda los 600 trabajadores.

De todos modos, viene manteniendo un conflicto con sus empleados por salarios y aguinaldos atrasados, según fuentes del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Alimentación de San Juan en donde advirtieron que la empresa abona los salarios en cuotas a lo largo de los meses.

Los dueños de Tía Maruca no proyectan achicar la estructura de la empresa sino que decidieron optar por esta herramienta judicial precisamente para poder sanear las cuentas y retomar el ritmo habitual de operaciones, mientras negocian una reestructuración del pasivo con sus acreedores y frenan el efecto desfinanciamiento que venía sufriendo.

En la actualidad, la compañía cuenta con una buena demanda de sus productos, mientras abrió un canal de negociación con sus proveedores para abastecer precisamente esas mayores ventas en el marco de un panorama futuro que sus dueños consideran alentador al haber podido iniciar la renegociación de su pasivo.

Tia Maruca nació en 1998 con una pequeña planta en la localidad bonaerense de Ramos Mejía y su nombre es en honor a la tía de un amigo de uno de sus fundadores, quien nunca llegó a conocerla.

La empresa controla alrededor del 5% del mercado local de galletitas, que está liderado por Bagley (un joint venture de Arcor y Danone) y Mondelez (la ex Terrabusi), además de otras marcas más pequeñas como Granix, Don Satur y 9 de Oro, entre otras.

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Papa León XIV y el renacer de la Doctrina Social

La elección del cardenal Robert Prevost como Sumo Pontífice bajo el nombre de León XIV resuena con fuerza en un mundo laboral atravesado por la precariedad, la automatización y la desigualdad estructural. Con un guiño histórico a León XIII y su célebre Rerum Novarum, el nuevo Papa parece proclamar un programa ético que busca reconciliar el trabajo humano con los valores de justicia, dignidad y equidad en pleno siglo XXI.

La irrupción del Papa León XIV en la escena vaticana sacudió con delicada contundencia el tablero eclesiástico y político global. Su sola elección nominal —carga simbólica mediante— invoca sin disimulo a León XIII, el pontífice que en 1891 sacudió los cimientos del orden social con la encíclica Rerum Novarum, verdadero parteaguas en la historia del pensamiento católico. En ella, por primera vez, la Iglesia se pronunció con firmeza a favor del derecho de los trabajadores frente al poder avasallante del capital industrial. Más de un siglo después, en tiempos no menos convulsos, el nombre de León vuelve a la Cátedra de Pedro, sugiriendo un renovado compromiso con quienes siguen siendo los más vulnerables en el engranaje económico.

Lejos de tratarse de una anécdota litúrgica, el gesto encierra una declaración de principios. El mundo laboral contemporáneo no enfrenta ya chimeneas humeantes ni fábricas sobrepobladas, sino algoritmos opacos, plataformas digitales sin rostro, y un trabajador diluido entre contratos efímeros y demandas incesantes. El nuevo escenario, aunque distinto en sus formas, reproduce antiguas lógicas de subordinación. Ante esta realidad, la figura de León XIV se presenta como la posible catalizadora de una renovación ética del trabajo, anclada en la tradición pero atenta a las urgencias del presente.

El eco de Rerum Novarum se hace sentir con más actualidad que nostalgia. En 1891, León XIII hablaba de «la sagrada inviolabilidad del salario justo», del «derecho de asociación de los obreros» y de la «necesidad de armonizar los intereses del capital con los del trabajo». Hoy, esos principios requieren ser revisitados y recontextualizados frente a una economía que tiende a excluir, tercerizar y fragmentar. León XIV tiene la oportunidad, y quizá la responsabilidad, de traducir aquellos postulados fundacionales en nuevos marcos conceptuales que reconozcan la dignidad humana incluso en un entorno laboral desmaterializado.

En este sentido, su elección puede interpretarse como una continuidad y una profundización del camino trazado por Francisco I, quien no escatimó críticas al capitalismo salvaje ni al descarte social. León XIV, heredero espiritual de ambos pontificados —el del siglo XIX y el del XXI—, se enfrenta al desafío de reformular la doctrina social sin resignar su contenido esencial: el ser humano como centro del quehacer económico.

No es menor el contexto en que se inscribe este papado. El trabajo, cada vez más precarizado por las lógicas de mercado, ha dejado de ser garantía de integración. En la era de la inteligencia artificial, el dilema ya no es solo el desempleo, sino la deshumanización de la ocupación misma. Frente a ello, la Iglesia, lejos de clausurarse en debates autorreferenciales, podría retomar su rol de voz profética, capaz de interpelar tanto a los poderes financieros como a los Estados, y de tender puentes hacia los márgenes del sistema.

De hecho, no es improbable que el pontificado de León XIV se proponga actualizar el corpus doctrinario iniciado por Rerum Novarum, tal como Juan Pablo II lo hizo en Laborem Exercens (1981) o Benedicto XVI en Caritas in Veritate (2009). Sin embargo, más allá de las encíclicas por venir, el tono ya ha sido marcado: se trata de volver a poner en primer plano una concepción del trabajo no como mercancía, sino como realización de la persona y fundamento de justicia.

La elección de León XIV no constituye un mero ejercicio de continuidad simbólica, sino una invitación a repensar las bases morales de nuestra vida productiva. En una era que tiende a diluir al sujeto detrás de pantallas, estadísticas y métricas de eficiencia, su nombre sugiere un regreso al centro: al ser humano como sujeto de derechos, como trabajador, como constructor de comunidad.

Como ocurriera a fines del siglo XIX, el mundo se asoma hoy a una encrucijada civilizatoria. Si León XIII supo interpretar las angustias de la era industrial con un mensaje cargado de coraje pastoral, León XIV se enfrenta ahora a la tarea de ofrecer una brújula espiritual y política en medio de la automatización, el individualismo y el vaciamiento del lazo social. Que su palabra se convierta en acción, y que su pontificado no sea solo memoria, sino también impulso, dependerá tanto de su audacia como del eco que encuentre en creyentes y no creyentes. La historia, como el Evangelio, también espera ser reescrita.

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Supermercados desconocen acuerdo salarial y dejan sin aumento a 120 mil trabajadores

Las principales cadenas de supermercados del país decidieron no abonar el aumento salarial correspondiente al mes de abril, pactado con el sindicato de Comercio, afectando a unos 120 mil trabajadores. La medida se da en el marco de las negociaciones impulsadas por el Ejecutivo para contener los aumentos de precios.

La Asociación de Supermercados Unidos (ASU) y otras entidades del sector mercantil decidieron no aplicar el aumento salarial del 1,9% más una suma fija no remunerativa, acordado con el sindicato de Comercio, argumentando que el Gobierno no homologó el acuerdo paritario. La medida afecta a unos 120 mil trabajadores que no percibieron el incremento salarial.

El convenio, firmado entre el gremio y las cámaras CAC, CAME y Udeca, contemplaba un aumento escalonado del 5,4% en tres meses y tres sumas fijas para compensar la inflación del primer trimestre. Sin embargo, los supermercados desestimaron la cláusula que comprometía a las empresas a abonar los incrementos aún sin homologación oficial y liquidaron los sueldos sin las subas acordadas.

La decisión de los supermercados agudiza la tensión entre el Gobierno y la CGT, que ya protagonizó un paro general en abril. La medida también pone presión sobre el líder del sindicato de Comercio, Armando Cavalieri, quien sostenía un vínculo dialoguista con la administración Milei.

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El Gobierno nacional planea un desguace en la Secretaría de Trabajo

El Gobierno nacional, bajo la conducción del ministro Federico Sturzenegger, estaría planeando un profundo reordenamiento de la Secretaría de Trabajo, que podría llevar a un desguace total de la misma. La medida genera angustia y temor entre los trabajadores y podría afectar a cientos de puestos de empleo.

La Secretaría de Trabajo, sería uno de los próximos objetivos de la política de ajuste y reestructuración impulsada por el Gobierno nacional. Según fuentes cercanas a la Secretaría, un equipo de trabajo liderado por Sturzenegger habría realizado un estudio exhaustivo de la estructura y funcionamiento del área, con el objetivo de reducirla a la mínima expresión.

Entre las medidas que se barajan se encuentran el desvío de funciones a otros organismos y el corrimiento de oficinas clave a la órbita del ministerio de Economía. Por ejemplo, el sector de memoria y balances podría reconvertirse en una sección de la Administración de Recursos y Control Administrativo (ARCA), mientras que el área de negociaciones colectivas podría quedar bajo el poder del ministerio de Economía, encabezado por Luis «Toto» Caputo.

La posible reestructuración de la Secretaría de Trabajo genera mucha preocupación entre los trabajadores y podría afectar a cientos de puestos de empleo. La medida se enmarca en la política de ajuste y reestructuración impulsada por el Gobierno nacional, que ha generado alerta y temor en distintos sectores.

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