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El representante gremial de los trabajadores Químicos en San Juan criticó duramente el techo paritario propuesto por el gobierno y alertó sobre la pérdida acelerada del poder adquisitivo de los trabajadores. Además, se refirió a la crisis en Electrometalúrgica Andina y rechazó con firmeza los avances sobre la reforma laboral.

Desde Mundo Laboral San Juan, Mario García, representante del gremio Químicos en la provincia, brindó un diagnóstico contundente sobre la situación actual del sector trabajador. El foco de su preocupación se centra en la reciente propuesta del gobierno nacional de establecer un techo paritario del 1% mensual, una cifra que calificó como “totalmente desconectada de la realidad económica”.

García fue claro: “La inflación se mide con parámetros que no reflejan la verdadera situación del país. Los aumentos en energía, combustible y servicios hacen imposible aceptar un porcentaje tan bajo”. Para el dirigente, este intento por condicionar las negociaciones salariales refleja una estrategia orientada a debilitar el poder adquisitivo y la capacidad de negociación de los gremios.

Unidad sindical ante un panorama adverso

Frente al estancamiento de las paritarias y la presión del Ejecutivo por no homologar acuerdos superiores al 1%, el referente sindical remarcó que no descartan tomar medidas de fuerza. En sus palabras, “otros sindicatos como la UTA ya han actuado, y hoy más que nunca el movimiento obrero debe estar unido”.

García también defendió el rol de las organizaciones gremiales, muchas veces cuestionadas desde sectores oficiales y mediáticos: “Los derechos laborales fueron conquistados gracias a los sindicatos. Sin ellos, los empresarios pagarían lo menos posible. Hoy, lo que se busca es ajustar al trabajador”.

El panorama que describió el representante de los Químicos en San Juan no es alentador. Según explicó, la pérdida del poder adquisitivo ha sido abrupta y generalizada. “Una persona que alquila, que tiene hijos en edad escolar y debe cubrir la canasta básica, vive con la soga al cuello”, expresó.

A esto se suma el dato de que las paritarias nacionales —de las que dependen en la provincia— no han logrado nunca equiparar el ritmo de la inflación. “Siempre hemos estado por debajo, y eso genera un deterioro constante en las condiciones de vida del trabajador”, advirtió.

Electrometalúrgica Andina: salarios atrasados y una producción paralizada

Consultado por la situación de la empresa Electrometalúrgica Andina, García reveló un panorama crítico. “Hay compañeros con dos o tres meses de atraso salarial y la planta no está produciendo por conflictos contractuales entre los antiguos y nuevos dueños”, detalló.

A pesar de los esfuerzos y la predisposición del gobierno provincial para encontrar una salida, el conflicto aún no ha podido destrabarse. “Seguimos apostando a que se recuperen las fuentes laborales, pero hasta ahora no hay avances concretos”, lamentó.

Reforma laboral: el rechazo a la eliminación de indemnizaciones

Otro de los puntos que generan alerta en el gremio es la intención del gobierno de impulsar una reforma laboral que incluya un nuevo esquema de indemnizaciones. Según García, esta modificación podría facilitar los despidos, especialmente de trabajadores mayores.

“El nuevo sistema permitiría que a los 50 años te dejen sin trabajo porque ya no rendís como alguien de 30, y no habría indemnización que lo impida. Esa persona queda en un limbo, con 15 años aún para jubilarse y sin posibilidad de ser reincorporado”, explicó con preocupación.

El testimonio de Mario García es un reflejo de la tensión creciente que se vive en el mundo laboral argentino. Con un gobierno decidido a imponer reformas regresivas y una inflación galopante que licúa los salarios, el desafío sindical se multiplica.

“El trabajador argentino necesita un sueldo digno y respeto por sus derechos. Si eso no se garantiza, estaremos siempre en conflicto”, concluyó García, dejando en claro que el movimiento obrero no piensa retroceder.

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Martín Solazzo (UOM): “No estamos dispuestos a acompañar una reforma que precariza el trabajo”

El titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de San Juan, Martín Solazzo, mediante una entrevista concedida a Mundo Laboral SJ, cuestionó la falta de homologación paritaria y rechazó el proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno. Aseguró que la iniciativa “no busca modernizar, sino flexibilizar”, y alertó que “el país retrocede mientras el mundo disputa mano de obra calificada”. También pidió una CGT “firme y unida” ante un escenario de conflictividad creciente.

El dirigente confirmó que los trabajadores metalúrgicos de la provincia cobrarán en noviembre los mismos sueldos que en septiembre, ya que el último acuerdo paritario —vigente hasta agosto— no fue renovado ni homologado.

“Seguimos cobrando el sueldo de agosto, con un bono no remunerativo que no se aplica al básico. Llevamos más de 60 días de atraso. Tanto la UOM como las cámaras industriales presentamos pedidos formales para reabrir la paritaria, pero la Secretaría de Trabajo los desestimó”, explicó.

El sindicalista consideró que esta falta de convocatoria responde a una estrategia política. “Todo indica que el Gobierno nacional quiso dejar pasar las elecciones del 26 de octubre antes de definir las negociaciones. Pero la realidad es que los trabajadores siguen perdiendo poder adquisitivo mientras la inflación no da tregua”, apuntó.

El representante sindical detalló que ya se realizaron nuevas presentaciones conjuntas entre el gremio y las cámaras empresarias para que el Ministerio disponga una audiencia formal. “Queremos destrabar la negociación y actualizar la escala desde septiembre en adelante. No se trata de un reclamo exagerado: es simplemente defender el valor real del salario”, subrayó.

Críticas a la reforma laboral

Consultado sobre el proyecto de reforma laboral que impulsa el Ejecutivo nacional, el dirigente fue contundente:

“La reforma que proponen es una pérdida de derechos disfrazada de modernización. En ningún punto se habla de salarios dignos ni de equiparación con la canasta básica. Lo que sí se menciona es extender las jornadas, recortar vacaciones y eliminar indemnizaciones. Todo eso daña directamente al trabajador.”

Solazzo aclaró que la UOM no se opone a revisar ni modernizar convenios que datan de los años 70, pero insistió en que “una verdadera modernización debe partir del reconocimiento del trabajo digno y bien pago”. “Podemos discutir capacitación, tecnología o nuevas formas de organización laboral. Pero si el punto de partida no es el salario y la estabilidad, todo lo demás es precarización”, afirmó.

El referente gremial calificó de “arbitrario y regresivo” el intento de imponer bancos de horas y jornadas de hasta 13 horas diarias:

“Te dicen que vas a devolver las horas cuando el empleador lo disponga. Eso no es eficiencia, es explotación moderna. La vida del trabajador no puede ser una variable de ajuste.”

“A contramano del mundo en materia laboral”

El titular de la UOM en San juan comparó la situación argentina con las tendencias internacionales:

“El mundo se está disputando mano de obra calificada, trabajadores con formación y estabilidad. En cambio, acá se está desmantelando todo eso. Estamos retrocediendo tres décadas. Es un daño enorme, muchas veces irreparable.”

El dirigente recordó que muchos de los derechos laborales argentinos tienen rango constitucional o respaldo en tratados internacionales, y advirtió que “modificarlos sin consenso podría generar conflictos jurídicos y políticos de gran escala”.

“No es tan fácil cambiar la ley para que un trabajador pase de 8 a 13 horas. Hay límites legales, pero también límites éticos”, remarcó.

Unidad sindical y desafíos de la CGT

A pocos horas de la renovación de autoridades de la Confederación General del Trabajo (CGT), prevista para el 5 de noviembre, Solazzo respaldó la posición de la central obrera, que reafirmó su rechazo a cualquier reforma que implique pérdida de derechos.

“Acompañamos totalmente a la CGT en esta postura. Lo más importante es que se logre una unidad sólida, no una unidad forzada. Hay que dejar de lado los egos y los intereses personales. Lo que viene exige una CGT fuerte, firme y consensuada.”

El gremialista destacó que la unidad sindical será decisiva frente a un gobierno que “pretende avanzar sobre el marco regulatorio del trabajo y desarticular la estructura gremial”.

“Si el movimiento obrero no se mantiene unido, el trabajador quedará solo ante un modelo que busca precarizar el empleo. Y eso sería el peor retroceso de nuestra historia reciente.”

El trabajo, entre la incertidumbre y la resistencia

En la entrevista, Solazzo enfatizó que el sector metalúrgico enfrenta un momento bisagra. Mientras la producción se desacelera y los salarios pierden terreno, el Gobierno promueve cambios que, según el gremio, “rompen el equilibrio básico entre capital y trabajo”.

“Una verdadera reforma laboral debería discutir cómo se generan empleos de calidad, cómo se distribuye la riqueza, cómo se sostiene la industria nacional. Pero en este proyecto, lo único que se menciona es cuánto más puede flexibilizarse el trabajo”, concluyó.

El testimonio de Martín Solazzo sintetiza la posición de incertidumbre y resistencia del sindicalismo frente a la nueva etapa de reformas estructurales que propone el Gobierno. Desde las bases provinciales hasta las conducciones nacionales, el reclamo converge en un punto central: sin salario digno y sin estabilidad laboral, no hay modernización posible.

En un país donde el trabajo sigue siendo el núcleo del contrato social, la advertencia de la UOM resuena como un recordatorio político y ético: la productividad no puede construirse sobre la pérdida de derechos. Y en esa tensión entre eficiencia y justicia, se juega buena parte del futuro del trabajo argentino.

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Docentes universitarios anuncian un paro nacional de 72 horas

Ante la falta de respuestas del Gobierno Nacional y el deterioro sostenido del poder adquisitivo, CONADU Histórica anunció un paro nacional de 72 horas para los días 12, 13 y 14 de noviembre. El gremio exige la inmediata reapertura de paritarias y la implementación efectiva de la Ley de Financiamiento Universitario, cuya aplicación fue suspendida por el Ejecutivo en una decisión que los docentes califican como “jurídicamente inaceptable”.

La Federación Nacional de Docentes, Investigadores y Creadores Universitarios (CONADU Histórica) resolvió profundizar su plan de lucha con una medida de fuerza de alcance nacional que afectará la actividad académica en todas las universidades públicas del país. El paro, programado para los días miércoles 12, jueves 13 y viernes 14 de noviembre, fue aprobado por amplia mayoría durante el Congreso Extraordinario de la organización realizado el pasado 30 de octubre, con la participación de 84 delegados de asociaciones de base de todo el territorio nacional.

La decisión se inscribe en un escenario de creciente conflictividad en el sistema universitario, marcado por la parálisis en las negociaciones salariales y la suspensión de leyes fundamentales para el financiamiento y la continuidad de las políticas públicas en educación superior.

“El Gobierno no ha convocado a la paritaria del sector ni ha ofrecido respuestas a las demandas salariales que venimos planteando desde hace meses”, señalaron desde la conducción nacional del gremio. Según la federación, los salarios docentes acumulan una pérdida que supera el 45 % en términos reales desde diciembre de 2023, lo que agrava el deterioro de las condiciones de trabajo y amenaza la sustentabilidad de la vida universitaria cotidiana.

En un comunicado difundido tras el Congreso, la CONADU Histórica expresó su preocupación por el reciente decreto del Poder Ejecutivo Nacional que, en la misma disposición, promulgó y suspendió la aplicación de la Ley de Financiamiento Universitario y de la Ley de Emergencia en Salud Pediátrica, conocida como “Ley Garrahan”. El texto oficial —publicado en el Boletín Oficial el 21 de octubre— reconoce la deuda del Estado con el sistema universitario, contemplando una actualización salarial del 40 % a julio de 2025, fondos para becas estudiantiles y partidas para gastos de funcionamiento. Sin embargo, su suspensión inmediata dejó sin efecto las medidas de alivio que el propio decreto admitía como urgentes.

“Es una decisión contradictoria, ilegítima y jurídicamente inaceptable”, sostuvieron desde el gremio, al tiempo que remarcaron que “la suspensión vulnera derechos adquiridos y posterga indefinidamente el cumplimiento de compromisos asumidos por el Estado”.

La medida, señalan, no solo afecta a los trabajadores docentes, sino que compromete la estabilidad institucional de las universidades y la posibilidad de garantizar el derecho a la educación pública de calidad.

Desde la federación convocaron a toda la comunidad universitaria —docentes, estudiantes y personal no docente— a sostener la organización y fortalecer la unidad “en defensa de la universidad pública, gratuita y al servicio del pueblo”. En ese sentido, se prevén asambleas, clases públicas y actividades de visibilización en los principales centros universitarios durante los días de la huelga.

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El Gobierno blanquea su estrategia sindical: convenios por empresa y fin del modelo colectivo

Durante una exposición ante empresarios en Madrid, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, confirmó que el objetivo del Gobierno es impulsar una reforma laboral que “desarticule la estructura de los gremios” mediante la prevalencia de los convenios por empresa. Reconoció que el cambio “alterará el poder sindical” y defendió el proyecto como una vía para “federalizar” el mercado de trabajo.

El funcionario hizo estas declaraciones en Madrid, durante el Encuentro Empresarial organizado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la Embajada Argentina en España, donde expuso ante un auditorio compuesto por más de 200 empresarios, emprendedores y diplomáticos. Fue el primer miembro del gabinete de Javier Milei en visitar España tras el triunfo legislativo de La Libertad Avanza en octubre.

En su presentación, Sturzenegger sostuvo que el esquema de relaciones laborales argentino es “centralizado y obsoleto”, y planteó la necesidad de que los convenios colectivos por empresa tengan prioridad sobre los acuerdos sectoriales o nacionales. Según explicó, esta reforma permitiría “federalizar las negociaciones” y adaptar las condiciones de trabajo a la realidad económica de cada región o compañía.

“En Argentina, el nordeste está asfixiado por las condiciones que se imponen desde Buenos Aires. Las reglas deben definirse en cada lugar, con la participación directa de las empresas y los trabajadores”, argumentó el ministro, acompañado por el embajador argentino en España, Wenceslao Bunge.

Al ser consultado sobre la reacción que podría generar esta reforma en el movimiento obrero, Sturzenegger fue categórico:

“Cuando el convenio por empresa prevalece sobre el sindical nacional, se desarticula toda la estructura gremial. El orden de prelación cambia el poder. Por eso, vamos a tener que bailar si queremos hacer esto”, afirmó, en una frase que rápidamente circuló en Buenos Aires y generó críticas de las centrales sindicales.

La admisión del ministro blanquea uno de los ejes estratégicos de la agenda laboral del gobierno de Javier Milei: debilitar el poder de negociación de los sindicatos y promover un esquema descentralizado de relaciones laborales. En los borradores del Consejo de Mayo, el Ejecutivo ya incluyó reformas sobre la jornada de trabajo, el régimen de indemnizaciones y la autonomía de los convenios empresariales, temas que se discutirán en el Congreso en el inicio del nuevo período legislativo.

Si bien Sturzenegger evitó confrontar directamente con el expresidente Mauricio Macri, sus declaraciones marcaron una diferencia política: mientras el macrismo había intentado consensuar una reforma con la CGT, el actual Gobierno parece decidido a avanzar sin intermediarios, bajo una lógica de confrontación abierta con el sindicalismo.

El discurso de Madrid ratifica que la estrategia oficial no se limita a modernizar el marco legal, sino que busca redefinir el equilibrio de poder entre el Estado, las empresas y los trabajadores, en un movimiento que el propio ministro describe como “la transformación más profunda del mercado laboral argentino en décadas”.

Las palabras de Sturzenegger, lejos de pasar inadvertidas, revelan el núcleo político de la reforma laboral que el Gobierno planea impulsar: un intento de reconfigurar el mapa sindical argentino y desplazar la negociación colectiva hacia el ámbito empresarial.

La “federalización” de los convenios, presentada como modernización, supone también una alteración estructural del sistema de representación gremial vigente desde mediados del siglo XX. En un país donde el sindicalismo sigue siendo un actor central de la vida económica y política, el desafío que plantea el ministro no sólo anticipa una disputa jurídica y parlamentaria, sino una batalla cultural en torno al modelo laboral que definirá el futuro del trabajo en la Argentina.

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