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El sindicalismo se reagrupa en Diputados para enfrentar la reforma laboral de Milei

Con la renovación legislativa del 10 de diciembre, la Cámara de Diputados incorporará a una serie de dirigentes sindicales —electos, reelectos y con mandato vigente— que serán actores clave en el debate de la reforma laboral impulsada por Javier Milei. Desde el histórico peso de la CGT hasta las expresiones de la CTA y la izquierda, el mapa gremial se reconfigura en el Congreso en medio de un clima de inestabilidad social y política.

A partir del 10 de diciembre, la Cámara de Diputados de la Nación volverá a tener un núcleo sindical con peso propio. La nueva composición legislativa, surgida de las elecciones de este domigo 26 de octubre, combina figuras experimentadas con nuevas incorporaciones, y será determinante en el debate sobre la reforma laboral que el Gobierno de Javier Milei planea impulsar como una de las piedras angulares de su programa económico.

La provincia de Buenos Aires vuelve a ser el principal bastión del sindicalismo parlamentario. Vanesa Siley, secretaria general del Sindicato de Trabajadores Judiciales de la Ciudad, retiene su banca por Fuerza Patria y consolida su rol como una de las voces más firmes en la defensa de los derechos laborales. Junto a ella, Sergio Palazzo, líder de la Asociación Bancaria, renovará su mandato tras haber sido uno de los principales opositores a la privatización del Banco Nación y a las políticas de liberalización financiera.

La sorpresa de la elección bonaerense fue el ingreso de Hugo Moyano (h), abogado laboralista y secretario de Asuntos Jurídicos de Camioneros, quien debutará en el Congreso bajo el sello del Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo. Su llegada marca el regreso formal del apellido Moyano al Parlamento, y proyecta una articulación directa con el núcleo de poder de la CGT en el escenario legislativo.

A ellos se suman Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores, que iniciará su tercer mandato consecutivo, y Romina Del Plá, docente y referente de SUTEBA, quien revalidó su banca por el Partido Obrero, reforzando la presencia de la izquierda sindical en la Cámara baja. Con estos nombres, la provincia de Buenos Aires aporta una bancada heterogénea pero con fuerte impronta gremial, capaz de incidir en las comisiones clave donde se discutan los proyectos laborales.

En este sentido, varios dirigentes sindicales mantendrán su mandato hasta 2027, aportando continuidad y experiencia en los bloques opositores y aliados. Entre ellos figuran Carlos Cisneros (Tucumán, Bancarios), José Gómez (Santiago del Estero, Luz y Fuerza) y Mario Manrique (Buenos Aires, SMATA), todos de Unión por la Patria. Por fuera de ese espacio, Pablo Ansaloni, con pasado en UATRE y hoy alineado a La Libertad Avanza, y Jorge Antonio Ávila, de los Petroleros Privados de Chubut, completan un cuadro sindical transversal que cruza oficialismo y oposición.

Sin embargo, la renovación también deja nombres en el camino. Pablo Carro (CTA Córdoba) y Alejandro Vilca (PTS-FIT) no lograron revalidar sus bancas, mientras que otros referentes, como Daniel “Tano” Catalano, Oscar “Colo” De Isasi y Carlos “Toro” Ortega, quedaron relegados en la lista bonaerense de Fuerza Patria. En tanto, en la Ciudad de Buenos Aires, el sindicalista Marcelo Peretta volvió a quedar en los márgenes con apenas el 0,20% de los votos.

El nuevo esquema legislativo revela un sindicalismo plural, fragmentado y con estrategias diversas. Las distintas expresiones del movimiento obrero —peronistas, autónomas y de izquierda— se preparan para intervenir en un debate que promete ser uno de los más ásperos de la nueva gestión. La reforma laboral propuesta por Milei apunta a flexibilizar convenios, ampliar los períodos de prueba y modificar las indemnizaciones, ejes que encuentran resistencia tanto en las centrales tradicionales como en las expresiones más combativas del sindicalismo.

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