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Reestructuración en Vea: Cencosud clausura sucursales en varias provincias

La cadena Cencosud inició un proceso de cierre de sucursales de su marca Vea en distintas provincias argentinas, afectando a más de un centenar de trabajadores. Los locales de Castelar, Hurlingham, Moreno, San Juan y Catamarca bajaron sus persianas en medio de una caída del consumo que ya supera el 30% en el Conurbano bonaerense. Los gremios advierten sobre despidos encubiertos, reubicaciones forzadas y un panorama laboral cada vez más crítico.
La profunda recesión que atraviesa la economía argentina golpea con fuerza al sector supermercadista. Durante la segunda mitad de 2025, las ventas minoristas y mayoristas se desplomaron hasta niveles históricos, arrastradas por la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y el desplome general del consumo interno.
En ese contexto, Cencosud, uno de los grupos líderes del país —propietario de Vea, Jumbo, Disco y Easy—, decidió cerrar al menos cinco sucursales de la cadena Vea en Castelar, Hurlingham, Moreno (provincia de Buenos Aires), San Martín (Catamarca) y Villa Krause (San Juan).
Fuentes gremiales confirmaron que más de 100 empleados quedaron sin tareas, algunos reubicados en otras tiendas del grupo y otros desvinculados mediante indemnizaciones voluntarias o despidos encubiertos.
El impacto más severo se registró en el Gran Buenos Aires, particularmente en la zona oeste. La sucursal de Castelar, ubicada sobre Estanislao Zeballos 3154, cerró sus puertas de manera repentina, generando preocupación entre el personal y los vecinos.
Situaciones similares se repitieron en Hurlingham y Moreno, donde la decisión empresarial tomó por sorpresa a los trabajadores. “Por ahora se pudo resolver sin conflicto sindical. De todos modos, el panorama es muy desalentador: la facturación bajó mucho por la caída estrepitosa del consumo”, afirmó Hugo Pintos, tesorero del Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines de Zona Oeste (SEOCA), en diálogo con medios locales.
Según distintas seccionales del gremio de Comercio, las ventas en el sector retrocedieron un 30% promedio y las empresas comenzaron a concentrar operaciones en los locales con mayor rentabilidad. “Se trata de un ajuste generalizado que busca reducir costos en medio de la crisis”, reconocieron fuentes sindicales.
Datos que confirman la crisis
El deterioro del poder de compra se refleja con claridad en las estadísticas. Un informe de la Secretaría de Producción de La Matanza reveló que las ventas en el rubro Almacén se desplomaron 21% en el último mes, mientras que el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advirtió sobre una caída del 7,4% en la facturación de los supermercados desde la asunción de Javier Milei.
En paralelo, el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) calculó que, durante los 22 meses de gestión libertaria, el salario mínimo aumentó 120% y la jubilación mínima 153%, mientras que la Canasta de Alimentos subió 184% y la Canasta Básica Total 200,6%, evidenciando una pérdida real del poder adquisitivo que explica el colapso del consumo masivo.
Reestructuración interna y competencia por el mercado
Desde el entorno empresarial, las fuentes consultadas justificaron los cierres como parte de una reestructuración interna destinada a “optimizar recursos y ajustar operaciones ante la baja rentabilidad del negocio minorista”.
Sin embargo, analistas del sector señalan otro motivo de peso: Cencosud estaría ordenando sus finanzas y estructura operativa para competir por la eventual adquisición de la operación de Carrefour en la Argentina, un proceso que requeriría saneamiento de cuentas y racionalización de activos.
“Los cierres apuntan a desprenderse de locales menos rentables y mejorar indicadores de eficiencia de cara a una posible negociación corporativa”, explicaron fuentes del mercado.
Incertidumbre y reclamos de los trabajadores
Mientras las empresas reorganizan su estructura, los trabajadores viven días de incertidumbre. En algunas sucursales, las reubicaciones implican traslados de más de 20 kilómetros, afectando la vida cotidiana de empleados con años de antigüedad. Otros aguardan definiciones o propuestas de retiro voluntario.
Los gremios del sector, como FAECyS y las filiales regionales del Sindicato de Comercio, advierten que el proceso de ajuste se está expandiendo y que los despidos ya alcanzan a grandes cadenas que históricamente resistían las crisis. “La motosierra económica también corta en los grupos concentrados. Hoy los trabajadores pagan las consecuencias del ajuste en las góndolas”, resumió un dirigente gremial.
El cierre de sucursales de Vea refleja el deterioro estructural del consumo argentino y la fragilidad del empleo formal incluso dentro de los grandes conglomerados empresariales. Lo que comenzó como una reestructuración focalizada se transformó en un síntoma más de la recesión generalizada que atraviesa el país.
Las empresas buscan preservar su rentabilidad ajustando costos, mientras los gremios intentan contener los efectos sobre el empleo. En el medio, miles de trabajadores viven con la incertidumbre de un mercado laboral cada vez más restrictivo y un consumo en retroceso.
Si la tendencia continúa, el cierre de supermercados dejará de ser un hecho aislado para convertirse en el nuevo rostro de una economía que se contrae desde el mostrador hasta la góndola, golpeando tanto a quienes venden como a quienes ya no pueden comprar.