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Más de un cuarto de millón de personas perdió su trabajo en la era Milei

Según cifras oficiales del Ministerio de Trabajo, casi 300 mil trabajadores del sector privado solicitaron la Prestación por Desempleo desde la asunción de Javier Milei. La cifra no incluye a los más de 70 mil empleados estatales cesanteados. Solo en 2024 se registraron 174 mil despidos, la mayoría en la industria, el comercio y la construcción.
A 21 meses del inicio del Gobierno de Javier Milei, los indicadores del mercado laboral revelan el impacto del ajuste económico y la recesión productiva. Entre diciembre de 2023 y septiembre de 2025, 286.391 personas del sector privado pidieron el seguro de desempleo tras ser despedidas sin causa, según datos oficiales. La cifra equivale a casi 300 mil empleos perdidos, sin contar a los 70 mil trabajadores estatales que fueron desvinculados en el marco de la reducción de la planta pública.
El deterioro del empleo formal se aceleró durante 2024, cuando 174.335 personas solicitaron la prestación por desempleo. En los primeros nueve meses de 2025 se sumaron 112.056 nuevos casos, reflejando que el ciclo recesivo aún no encuentra piso. Las principales causas de despido, de acuerdo con los registros oficiales, fueron la “falta de trabajo” y “ajustes empresariales”.
El impacto se concentra en sectores clave de la economía. De los 112.056 despidos registrados en lo que va del año,
26.060 corresponden a la industria manufacturera,
23.098 al comercio,
18.776 a la construcción,
12.228 a servicios administrativos,
5.447 a gastronomía y hotelería,
y 5.117 al transporte.
En septiembre, 100.344 personas percibieron el seguro de desempleo, con un pago promedio de $274.324. Del total, 69.303 eran varones y 31.041 mujeres. La distribución geográfica muestra que la mayor parte de los beneficiarios residen en la Provincia de Buenos Aires (42.090), seguidos por Santa Fe (7.451), Córdoba (7.416) y la Ciudad de Buenos Aires (6.454).
Los datos confirman la persistencia de un clima de fragilidad laboral que afecta tanto al empleo industrial como al de servicios. La contracción de la demanda interna, la apertura importadora y la caída del poder adquisitivo deterioraron el tejido productivo, empujando a miles de pequeñas y medianas empresas a reducir personal o cerrar sus puertas.
Mientras el Gobierno insiste en que la “liberalización del mercado” traerá inversión y empleo, las estadísticas muestran el efecto inmediato de una política de ajuste sin contención social. El aumento sostenido del desempleo, junto con la pérdida de poder de compra y la falta de obra pública, configuran un escenario de profunda inestabilidad laboral. Con casi 300 mil despidos formales en menos de dos años, la promesa de reactivación sigue siendo, por ahora, una promesa lejana.