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San Juan: UATRE denuncia ofertas empresarias insuficientes y reclama mayor fiscalización

Miguel Agüero, dirigente de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) en San Juan, explicó los alcances de la Resolución 219, que establece aumentos salariales para peones, tractoristas y otras categorías entre septiembre y noviembre. El sindicalista advirtió que las primeras ofertas patronales fueron “irrisorias” y denunció la ausencia de fiscalización laboral en el sector. A fines de noviembre se volverá a discutir un nuevo esquema salarial.

La realidad de los trabajadores rurales volvió al centro de la escena con la última actualización salarial definida por la Comisión Nacional de Trabajo Agrario. La Resolución 219, oficializada tras intensas negociaciones, establece incrementos para los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2025. Los valores alcanzados buscan sostener el poder adquisitivo frente a una inflación persistente, aunque para el gremio siguen resultando insuficientes.

En diálogo con Mundo Laboral SJ, Miguel Agüero, representante de UATRE en San Juan, desglosó los principales puntos del acuerdo. El peón general mensualizado percibirá desde septiembre $904.000 más $18.000 no remunerativos, con un jornal mínimo de $39.809,40. Hacia noviembre, esas sumas se incorporarán al salario, lo que llevará el ingreso mensual bruto a $954.746,56, acompañado de un jornal garantizado de $42.002,17.

Las categorías técnicas y especializadas también fueron contempladas. El tractorista alcanzará en noviembre $1.059.410,18, con un jornal de $46.677,42, mientras que el rubro de riego presurizado, de alta especialización, superará el $1.346.000 mensual. “Estos montos son apenas un alivio frente a la inflación, pero no resuelven la profunda desigualdad que atraviesan quienes trabajan en el campo”, remarcó Agüero.

Negociaciones tensas y ofertas “irrisorias”

El dirigente sindical describió como “ardua y desgastante” la negociación. Según relató, los empleadores inicialmente ofrecieron 0% de aumento para septiembre y 1,5% para octubre, propuesta que UATRE rechazó de plano. En un segundo tramo, la oferta apenas se corrigió a 1,3% en septiembre y 1,2% en octubre, cifras que fueron calificadas por el gremio como una “burla” frente a las condiciones de esfuerzo físico, exposición a la intemperie y riesgos que caracterizan al trabajo rural.

Agüero apuntó también contra “productores maliciosos” que, en distintos departamentos de San Juan, desconocen los derechos laborales básicos y se resisten a reconocer la magnitud de la tarea rural. “El trabajador del campo sostiene con su esfuerzo la economía regional, pero a cambio recibe propuestas salariales que desconocen la realidad inflacionaria”, cuestionó.

Denuncia por falta de controles

Otro eje de la entrevista fue la ausencia de controles por parte de los organismos estatales. Según Agüero, tanto la Subsecretaría de Trabajo provincial como la Secretaría de Trabajo de la Nación “brillan por su ausencia en el campo”, lo que genera un terreno fértil para la informalidad y la evasión de obligaciones patronales.

El dirigente advirtió que la falta de fiscalización multiplica la vulnerabilidad de los trabajadores, quienes quedan “huérfanos de protección estatal” y deben recurrir únicamente a la estructura sindical para denunciar abusos. “En San Juan, muchas veces UATRE es el único sostén real para los peones frente a la indiferencia de quienes deberían controlar las condiciones laborales”, señaló.

Impacto social y económico

Más allá de las cifras, Agüero enfatizó el impacto social de la pérdida del poder adquisitivo. El ejemplo más gráfico lo dio al mencionar el precio de una garrafa de gas: “En Sarmiento cuesta 20 mil pesos, pero en Iglesia, Calingasta o Valle Fértil vale el doble. La inflación golpea mucho más fuerte en las economías regionales, y el salario nunca alcanza”.

El sindicalista también cuestionó la estrategia del gobierno nacional en materia de estadísticas: “Se busca encubrir los números reales de la inflación, pero en el campo esa realidad no se puede tapar: se mide en el costo de los alimentos, del transporte y de la vida cotidiana”.

Próxima discusión en noviembre

La Resolución 219 tiene vigencia hasta noviembre, momento en el cual volverán a reunirse las partes —UATRE, entidades rurales y la Comisión Nacional de Trabajo Agrario— para discutir nuevas actualizaciones. El gremio ya adelantó que solicitará la reapertura de la paritaria antes de que concluya el mes, con el objetivo de evitar un mayor deterioro salarial.

“Queremos asegurar incrementos mensuales que fortalezcan la base sobre la cual se calcularán las futuras mejoras”, sostuvo Agüero, destacando que la estrategia gremial apunta a generar previsibilidad y continuidad en las recomposiciones.

La recomposición obtenida representa una conquista parcial para los trabajadores rurales, pero deja a la vista las profundas tensiones que atraviesan al sector: resistencia empresarial, falta de control estatal y un contexto inflacionario que licúa rápidamente cualquier incremento. El cierre de esta etapa salarial será apenas un punto de partida: en noviembre, la nueva discusión definirá si los aumentos permiten sostener el ingreso real de los peones rurales o si el conflicto se agudiza de cara al verano.

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