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La recesión económica en el país ha generado un impacto significativo en el mercado laboral, reflejado en el aumento de solicitudes de subsidios por desempleo. En 2024, se registraron 174.335 solicitudes, lo que representa un salto del 60% en comparación con 2023 y el doble de las solicitudes registradas en 2022.¹

El sector de la construcción lideró el ranking de solicitudes, con 54.046 casos, seguido por la industria manufacturera con 36.233 y el comercio con 28.790. Estas cifras indican que la recesión afectó principalmente a los sectores productivos y de servicios.

En diciembre de 2024, 102.549 personas percibieron la prestación por desempleo, con un pago promedio de $214.822. De este total, 75.066 eran varones y 27.483 mujeres.

Es importante destacar que la prestación por desempleo es un derecho para los trabajadores despedidos sin justa causa o por finalización de contrato, y que pueden acceder a ella después de haber trabajado al menos seis meses con aportes en los últimos tres años.

En este contexto, el gobierno de Javier Milei busca revertir la situación económica y laboral a través de la recuperación económica y las inversiones. Sin embargo, la situación actual refleja la necesidad de políticas públicas efectivas para abordar la crisis laboral y proteger los derechos de los trabajadores.

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Minería y derechos laborales: el gremio jerárquico pide una nueva ley y jubilación anticipada

El titular nacional de ASIJEMIN, Marcelo Mena, participó de un encuentro en el Senado donde reclamó una nueva legislación minera y defendió el proyecto de jubilación anticipada para los trabajadores del sector. Además, criticó el índice de inflación difundido por el INDEC y ratificó la presencia sindical en el “supermiércoles” legislativo.

Los jerárquicos mineros llevaron al Congreso un reclamo que busca abrir una discusión profunda: qué minería quiere la Argentina para el siglo XXI. Mena, sostuvo que la legislación vigente responde a un modelo del siglo XIX y ya no alcanza para los desafíos actuales.

“Tenemos trabajadores formados en el siglo XX y queremos una minería del siglo XXI. Necesitamos una ley moderna, que piense en el federalismo, en la participación de las provincias, en el agregado de valor con refinerías y en la distribución equitativa de la riqueza”, señaló.

En el mismo encuentro, Mena insistió en la necesidad de aprobar un régimen previsional diferenciado para los trabajadores mineros, presentado el año pasado en el Congreso. El proyecto propone que los varones puedan jubilarse a los 55 años y las mujeres a los 50, con los aportes correspondientes de empleadores y empleados.

“Es muy difícil sostener una vida laboral a 4.000 metros de altura con 20 grados bajo cero, o bajo tierra en la Patagonia profunda. La salud se deteriora antes y necesitamos un marco legal que reconozca esas condiciones extremas”, explicó.

Ausencia de San Juan, presencia de otras provincias

El dirigente destacó la participación de legisladores de La Rioja y de diversos representantes provinciales y del sector privado, pero cuestionó la ausencia del Ministerio de Minería de San Juan. “Fue un vacío llamativo en una provincia clave para la actividad”, observó.

Inflación: la brecha entre la estadística y la vida cotidiana

Más allá del debate sobre minería, Mena se refirió a la situación económica y cuestionó los datos oficiales de inflación. “El 1,9% que marcó el INDEC en agosto no refleja la realidad de las familias. Cuando suben el combustible y los servicios, todo se encarece. La gente prioriza la comida y la educación de sus hijos antes que el consumo. Con esos números es imposible discutir paritarias serias”, advirtió.
El referente gremial aseguró que la mesa sindical, de la que ASIJEMIN forma parte, trabaja en un planteo conjunto para reclamar un índice que refleje con mayor fidelidad el costo de vida.

Solidaridad entre gremios y defensa de lo público

Aunque reconoció que el sector minero atraviesa un buen momento con paritarias favorables, Mena subrayó que el movimiento sindical no puede mirar hacia otro lado. “Hay compañeros de otros gremios que sufren despidos, cierres de fábricas y recortes en obra pública. No se trata solo de defender lo propio, sino de ser solidarios”, expresó.

Camino al “supermiércoles”

Finalmente, el dirigente anticipó la participación de la mesa sindical en la jornada legislativa conocida como “supermiércoles”, donde se tratarán leyes vinculadas a la ciencia, la universidad y la salud. “Vamos a estar presentes porque no es una cuestión de desestabilizar, sino de reclamar lo que es justo. Queremos que al país le vaya bien, pero con la verdad y con los trabajadores adentro”, concluyó.

La voz de ASIJEMIN en el Congreso reflejó una doble preocupación: por un lado, modernizar la legislación minera y garantizar condiciones de retiro justas para quienes trabajan en contextos extremos; por otro, defender el poder adquisitivo de los salarios frente a una inflación que, según los sindicatos, se mide con criterios alejados de la realidad. Con la vista puesta en el “supermiércoles” legislativo, el sindicalismo minero ratifica que la discusión sobre el modelo productivo no puede separarse de la justicia social.

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La Casa Rosada confirma la venta parcial de la empresa de las centrales Atucha y Embalse

El Gobierno anunció que venderá el 44% de Nucleoeléctrica Argentina S.A. mediante licitación nacional e internacional. El Estado mantendrá el 51% y destinará un 5% a los trabajadores. Aunque el Ejecutivo defiende la medida como un paso para financiar proyectos estratégicos, surgen críticas por la cesión de participación en una empresa rentable y clave para la soberanía energética.

El Gobierno nacional confirmó este martes que avanzará con la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), la empresa que administra las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse. La decisión se enmarca dentro de la Ley Bases de 2024 y fue oficializada en paralelo a la presentación del Presupuesto 2026.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, informó que el proceso consistirá en la venta del 44% de las acciones a través de una licitación nacional e internacional, mientras que un 5% será destinado a los trabajadores mediante un programa de propiedad participada. De esta manera, el Estado conservará el 51% accionario para garantizar la mayoría. Actualmente, la participación está distribuida entre el Ministerio de Economía (79%), la Comisión Nacional de Energía Atómica (20%) y Energía Argentina (ENARSA).

La resolución llega en un momento en que Nucleoeléctrica exhibe resultados financieros positivos. En el primer semestre de 2025 obtuvo un resultado operativo superior a $103.267 millones, y durante el primer trimestre registró un superávit financiero de $17.234 millones. Para este año, el Ministerio de Economía proyecta un resultado económico favorable de $23.389 millones y una inversión de $239.000 millones en obras estratégicas. Entre ellas se encuentran la extensión de vida de Atucha I, prevista para 2027, y la construcción del Almacenamiento en Seco de Elementos Combustibles Gastados II (ASECG II).

El Ejecutivo justifica la apertura al capital privado como un paso para “promover la inversión en el sector nuclear” y financiar el primer reactor modular argentino, además de extender la vida útil de las centrales y relanzar la minería de uranio. “Cabe recordar que todas las empresas públicas están sometidas a un proceso de irremediable privatización”, sostuvo Adorni. Desde la Casa Rosada remarcan que NASA ya no depende de aportes estatales: mientras en 2023 recibió transferencias por unos u$s 2 millones, en 2024 no necesitó asistencia del Tesoro.

En cuanto a la valuación de la compañía, estimaciones realizadas en 2024 ubican su valor entre u$s 560 millones y u$s 1.000 millones, cifra que marcará el piso y techo de la licitación.

La decisión genera cuestionamientos en distintos sectores. Para los gremios, la privatización parcial implica “ceder soberanía energética a intereses privados”. Académicos especializados en energía nuclear señalan que, más allá de los balances, el valor estratégico de NASA radica en su capacidad técnica, el know-how acumulado y su rol en la investigación. Desde la oposición acusan al Gobierno de “vender una empresa superavitaria” en lugar de discutir un modelo energético de largo plazo.

La privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina expone el dilema entre la necesidad de inversión para sostener proyectos estratégicos y el resguardo de un sector clave para la soberanía nacional. Para el Gobierno, la medida es una señal de confianza hacia el mercado y una vía para potenciar la autosustentabilidad del sistema nuclear. Para críticos y opositores, significa abrir la puerta a la pérdida de control sobre un activo que no representa déficit y que concentra conocimientos estratégicos únicos.

El desenlace dependerá de cómo se concrete la licitación y de si el ingreso de capital privado logra traducirse en nuevas obras y desarrollos, o si la operación quedará en la historia como un paso más dentro de un plan de privatizaciones sin consenso social ni político.

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Milei en la CPAC: “Los salarios pasaron de 300 a 1.200 dólares en mi gestión”

El mandatario argentino participó de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en Asunción, donde afirmó que los sueldos se cuadruplicaron desde diciembre de 2023 y que millones de personas dejaron la pobreza. Las estadísticas oficiales y los gremios desmienten esos datos.

El presidente Javier Milei volvió a colocarse en el centro de la escena internacional con un discurso cargado de definiciones ideológicas en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) realizada en Asunción, Paraguay. Ante un auditorio afín, el mandatario argentino defendió su plan económico, justificó el ajuste fiscal y lanzó afirmaciones que generaron controversia en el plano local.

“Cuando nosotros llegamos, los salarios estaban en torno a los 300 dólares. Hoy están en torno a los 1.100, 1.200 dólares”, aseguró Milei, presentando su gestión como un punto de inflexión en materia de ingresos. El jefe de Estado vinculó ese supuesto avance a lo que describió como un modelo basado en la libertad económica y criterios morales, que —según sus palabras— permitirá convertir a la Argentina en “el país más libre del mundo”.

El mandatario también sorprendió con otra declaración: afirmó que 12 millones de argentinos salieron de la pobreza y que 6 millones “empezaron a comer cuando antes no comían”. No obstante, no aportó estadísticas oficiales ni fuentes que respalden esa información.

Las expresiones fueron rápidamente cuestionadas en Buenos Aires. Sindicatos y organizaciones de trabajadores advirtieron que el poder adquisitivo se encuentra en retroceso, golpeado por la inflación persistente y la demora en las paritarias. En la misma línea, analistas económicos remarcaron que el cálculo de Milei desconoce los datos de organismos oficiales que muestran una pérdida de ingresos reales en la mayoría de los sectores.

El presidente eligió una vez más un tono confrontativo: descartó cualquier vía intermedia en materia de reformas y sostuvo que “no hay lugar para grises”. A su entender, las terceras vías resultan “inconducentes” y solo mantienen abierta la posibilidad de un retorno al pasado que su administración busca desterrar. El mensaje, en clave política, buscó además recomponer la iniciativa tras la derrota electoral sufrida en la provincia de Buenos Aires, que encendió las alarmas en el oficialismo.

La exposición de Milei en la CPAC de Asunción volvió a poner en evidencia la distancia entre su relato y los indicadores económicos que marcan el pulso de la realidad argentina. Mientras el presidente habla de prosperidad, crecimiento de salarios y reducción drástica de la pobreza, sindicatos y economistas insisten en que los ingresos se deterioran y la desigualdad se profundiza. El discurso ideológico y moral que busca proyectar hacia el mundo se enfrenta, puertas adentro, con un clima social complejo y con cifras que todavía no acompañan su optimismo.

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