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Los gremios rechazaron la oferta de Educación. Piden algún punto más, acortar los tramos en los que se pagará el incremento y cláusulas de revisión

Los gremios universitarios consideraron que hubo “avances” en la propuesta presentada ayer en el segundo encuentro paritario por parte de las autoridades educativas, pero aseguraron que son aún “insuficientes”, por lo que rechazaron la oferta de 33,5% de mejora salarial en cinco tramos. Así lo señaló un documento difundido por de la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun), que lidera Daniel Ricci, en relación al ofrecimiento salarial por parte del Ejecutivo. La cartera educativa propuso abonar el aumento salarial paritario en cinco tramos de 8 por ciento en abril, 5 en junio, 6 en noviembre, 5 en diciembre y 9 por ciento en enero próximo, lo que fue rechazado, y las partes continúan discutiendo las cláusulas de revisión, añadió.

“Aunque la nueva propuesta constituyó un avance respecto de la anterior, es aún inadmisible. Los gremios exigen un 34,5 por ciento a percibir este año en su totalidad. Además, las cuotas deben adelantarse”, puntualizó el dirigente.

Las organizaciones también ratificaron la necesidad de incluir una cláusula de revisión en septiembre y diciembre, ya que “la inestabilidad económica, profundizada por la crisis derivada de la pandemia de coronavirus y la herencia macrista, tornan de muy difícil previsibilidad los futuros índices inflacionarios”, remarcaron en el comunicado.

“En términos generales, el porcentaje de aumento total debe ser de al menos un 34.5 por ciento y en menos cuotas. El último tramo no puede cobrarse en diciembre porque ello implicaría que los trabajadores universitarios pierdan frente a la inflación”, afirmó Ricci.

Además, la Fedun reclamó el pago de un bono por conectividad para cubrir los gastos que insume el dictado de clases virtuales; otro bono para los docentes de hospitales universitarios y la duplicación de los fondos para capacitación de los trabajadores.

Para los gremios, ese aumento del 34,5 por ciento es un guarismo acorde con lo que se conviene para los trabajadores de todos los niveles educativos y en las paritarias provinciales, por lo que las organizaciones analizarán la nueva propuesta oficial.

Ricci confirmó que las autoridades educativas convocarán en breve al tercer encuentro paritario, y adelantó que las partes rubricaron hoy un acta que reactivó los programas exigidos y estaban pendientes de resolución desde la reunión convencional de 2020.

La organización demanda el pago del convenio colectivo de trabajo a los preuniversitarios, el pase de los ad honorem y contratados a rentados, y la promoción de los ayudantes de primera a Jefe de Trabajos Prácticos según la antigüedad y las tareas realizadas.

La totalidad de los gremios docentes y no docentes del sector (Ctera, UDA, Fatun, Conadu, Fagdut, Fedun, Conadu Histórica), no obstante haber reconocido “avances” en la nueva oferta de la cartera educativa, determinaron el estado de alerta en defensa del poder adquisitivo.

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Trabajadores del PAMI unen fuerza en defensa de sus derechos

En una coyuntura de fuerte deterioro salarial, los principales sindicatos que representan a los trabajadores del PAMI lograron un histórico acuerdo para coordinar acciones conjuntas en defensa de las condiciones laborales y en reclamo de una recomposición salarial. La unidad sindical es el resultado de un proceso de articulación y consensos alcanzados entre las organizaciones.

La seccional CABA del Sindicato Único de Trabajadores del PAMI (SUTEPA), la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y la Unión de Trabajadores del Instituto (UTI) declararon el estado de alerta y movilización permanente en reclamo de una recomposición salarial digna. Los empleados del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados no reciben incrementos desde hace diez meses, mientras la inflación interanual supera el 120%.

«La situación es insostenible», remarcaron desde los gremios. «No pedimos ganar más, pedimos dejar de perder». La unidad sindical es el resultado de un proceso de articulación y consensos alcanzados entre las organizaciones, que buscan exigir la apertura de paritarias y establecer un plan de lucha común.

 La acción mancomunada incluirá medidas a coordinar en los próximos días. Los gremios están decididos a dar batalla por una recomposición salarial digna y a defender los derechos laborales de los trabajadores del PAMI.

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Paro universitario en San Juan: alto acatamiento y expectativa por la marcha federal contra el posible veto presidencial

En diálogo con Mundo Laboral, la referente sindical de ADICUS, Edith Liquitay, advirtió que los salarios docentes han perdido el equivalente a seis sueldos completos en 17 meses y denunció el vaciamiento presupuestario del sistema universitario. El conflicto se profundiza ante la amenaza de un veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, recientemente aprobada en el Congreso.

El paro de 48 horas que formara parte de una serie de medidas de lucha que culminó este martes 2 de septiembre, volvió a evidenciar la solidez del frente universitario en San Juan. La estrategia, enmarcada en el plan de lucha impulsado por la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU Histórica), alcanzó un altísimo nivel de adhesión en la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), con un 90% en los colegios preuniversitarios y cifras cercanas al 70% en varias facultades. Las mesas de exámenes y actividades académicas debieron ser reprogramadas, un dato que revela la contundencia de la protesta.

Edith Liquitay, del gremio ADICUS, sostuvo que “en 17 meses hemos perdido seis salarios completos”, subrayando que el 70% de la docencia universitaria en la provincia percibe ingresos que van de 180 mil a 700 mil pesos, montos que se evaporan en los primeros diez días del mes frente a una inflación implacable. Según la dirigente, muchos docentes renuncian a cargos o reducen dedicaciones para buscar ingresos fuera de la universidad, mientras que quienes permanecen lo hacen por compromiso con la defensa de la educación pública.

La dirigente sindical también remarcó la gravedad del recorte presupuestario: “Así como en nuestras casas pagamos la luz, también la universidad debe hacerlo, y sin presupuesto actualizado se hace imposible sostener la actividad académica con normalidad”.

En paralelo, el Congreso aprobó la Ley de Financiamiento Universitario, un reclamo histórico de la comunidad académica que garantiza la actualización de recursos conforme a la inflación, la ampliación de becas estudiantiles y fondos para investigación y extensión. No obstante, la amenaza de un veto presidencial encendió alarmas en todo el sector y aceleró la coordinación de una nueva marcha federal.

Liquitay consideró que la sanción de la ley es “un triunfo de la unidad, construido desde las bases y discutido con cada legislador para demostrar la necesidad de sostener la universidad pública”. Sin embargo, advirtió que el posible veto del Ejecutivo sería un golpe directo a esa conquista y que el movimiento universitario prepara una respuesta de alcance nacional.

La próxima acción de fuerza será la tercera marcha federal, aún sin fecha confirmada, que se prevé contundente y articulada con otros sectores sociales: trabajadores de la salud, jubilados, organizaciones de discapacidad y movimientos estudiantiles. “La lucha es una sola —resaltó Liquitay—, porque todos los sectores afectados por el ajuste tienen raíz en las universidades públicas que hoy se ven vaciadas”.

El conflicto universitario dejó de ser una disputa sectorial para transformarse en un símbolo de resistencia social frente a las políticas de ajuste. En San Juan, como en todo el país, la comunidad docente y estudiantil mantiene firme la convicción de que sin presupuesto no hay universidad posible.

La próxima marcha federal, lejos de ser un hecho aislado, se proyecta como un nuevo capítulo en la convergencia de luchas que buscan frenar el avance de un gobierno decidido a recortar los pilares de la educación superior pública.

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ARSAT y gremios de telecomunicaciones alcanzan acuerdo paritario tras un año de congelamiento salarial

Tras un año sin aumentos salariales, los gremios de las telecomunicaciones y la empresa ARSAT llegaron a un acuerdo paritario que establece un incremento del 10,99% aplicable en cuotas escalonadas desde agosto hasta noviembre. El entendimiento también contempla el reconocimiento de los días de huelga y permitió suspender las medidas de fuerza que afectaban el servicio.

El entendimiento alcanzado entre la Confederación de Sindicatos de las Telecomunicaciones (CONSITEL) y ARSAT es un paso importante hacia la recomposición de salarios de los trabajadores del sector. Según el acta firmada, las escalas salariales se actualizarán con un 1,2% adicional en septiembre, un 1,1% en octubre y otro 1,1% en noviembre. Estos aumentos serán acumulativos y se computarán en el pago correspondiente al «Día del Trabajador Telefónico».

Los gremios destacaron que no habrá descuentos salariales por los días de huelga y remarcaron que las mejoras pactadas son «a cuenta» de los reclamos más amplios que se mantienen en discusión. En ese sentido, adelantaron que continuarán impulsando demandas en los ámbitos sindical, judicial y administrativo.

El acuerdo fue rubricado por la CONSITEL y las principales organizaciones del sector, incluyendo FATTEL, FOEESITRA, CePETel, UPJET y FOMMTRA. La dirigencia gremial resaltó que el acuerdo se alcanzó gracias a la «participación y lucha» de los trabajadores en todo el país.

Lo conseguido entre ARSAT y los gremios de las telecomunicaciones es un paso importante hacia la normalización de las relaciones laborales en el sector. Sin embargo, los sindicatos subrayaron que el objetivo sigue siendo alcanzar una recomposición integral de los haberes en línea con la inflación y la pérdida del poder adquisitivo.

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