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Presupuesto 2026: aval general en el Senado y disputa abierta por ciencia y universidades

El Senado dio media sanción en general al Presupuesto 2026 impulsado por el Gobierno nacional. Sin embargo, la oposición anticipa una fuerte disputa en la votación en particular de artículos clave vinculados al financiamiento educativo, universitario y científico, que podrían comprometer la aprobación definitiva del texto.
En un clima de alta tirantez política y con el debate por el financiamiento educativo como telón de fondo, el Senado de la Nación aprobó en general el proyecto de ley del Presupuesto 2026. La iniciativa obtuvo 46 votos afirmativos, 25 negativos y una abstención, permitiendo al Gobierno del presidente Javier Milei avanzar con la denominada “ley de leyes” por primera vez en sus dos años de gestión.
El respaldo fue posible gracias al acompañamiento no solo del oficialismo, sino también de bloques de la Unión Cívica Radical, el PRO, un sector del peronismo referenciado en Convicción Federal y senadores alineados con distintos gobernadores o que actúan con independencia en la Cámara alta.
Tras la aprobación en general, el Senado comenzó el tratamiento por capítulos, instancia que concentra ahora el principal foco de conflicto. La oposición insiste en que determinados artículos se voten en particular, especialmente aquellos que afectan el financiamiento de la educación, la ciencia y áreas estratégicas del Estado.
Los artículos en disputa
El núcleo del debate se concentra en el artículo 12 y el artículo 30, incluidos en el Capítulo 2 del Presupuesto, que fue aprobado con 42 votos afirmativos, 28 negativos y dos abstenciones.
El artículo 12 establece que las universidades nacionales contarán con recursos por 4,8 billones de pesos, aunque introduce condiciones y requisitos para que las casas de estudio puedan acceder efectivamente a esos fondos, un punto que genera preocupación en el sistema universitario.
Más controvertido aún es el artículo 30, que propone derogar normas clave del esquema de financiamiento educativo vigente. Entre ellas, elimina el mandato de destinar el 6% del PBI a educación, frena el aumento progresivo del presupuesto de Ciencia y Técnica —que preveía alcanzar el 1% del PBI en 2032— y suprime el piso del 0,2% del gasto educativo para escuelas técnicas.
Desde el inicio del debate, La Libertad Avanza logró imponer, junto a sus aliados, un criterio de votación que evitó discutir estos puntos durante la sesión en general, trasladando la controversia al tratamiento en particular. Esa estrategia fue aprobada por 39 votos contra 33, aunque dejó expuestas fisuras entre los aliados: tres senadores radicales y dos representantes de Santa Cruz rechazaron el mecanismo por su desacuerdo con el recorte de los pisos de financiamiento educativo.
Posicionamientos políticos
El bloque Justicialista, encabezado por José Mayans y alineado con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, rechazó de manera unánime el Presupuesto. Desde ese espacio cuestionaron el ajuste implícito en áreas sensibles y recordaron que en Diputados ya había sido eliminado el Capítulo 11, que contemplaba la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y de Financiamiento Universitario.
Para la oposición, la discusión excede lo presupuestario y se inscribe en un debate más profundo sobre el rol del Estado en la garantía del derecho a la educación y el desarrollo científico.
Escenario abierto y próximos pasos
La votación en particular de los artículos más controvertidos mantiene en vilo al oficialismo. En caso de que el Senado introduzca modificaciones al texto, el Gobierno ya analiza convocar a una sesión especial en la Cámara de Diputados el próximo martes 6 de enero, con el objetivo de cerrar el trámite legislativo.
Mientras tanto, el Presupuesto 2026 avanza, pero lo hace atravesado por una disputa central: el alcance del ajuste en educación, ciencia y universidades, áreas que se consolidan como uno de los principales frentes de resistencia política y social frente al rumbo económico del Ejecutivo.