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Presupuesto 2026: El Congreso frenó la derogación de emergencias sociales y educativas

Tras una sesión maratónica que se extendió por casi diez horas, la Cámara de Diputados dio media sanción al Presupuesto 2026. Sin embargo, el oficialismo no logró sostener el artículo que buscaba derogar las leyes de Emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario, en medio de duras acusaciones de “extorsión” y maniobras reglamentarias.
Pasada la medianoche y luego de un extenso y tenso debate, el oficialismo consiguió aprobar en general el proyecto de ley de Presupuesto 2026 en la Cámara de Diputados, pero no logró uno de sus objetivos centrales: la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y de Financiamiento Universitario.
La iniciativa fue aprobada en general con 132 votos afirmativos, 97 negativos y 17 abstenciones, lo que permitió girar el proyecto al Senado. Sin embargo, en la votación en particular, el Gobierno sufrió un revés clave cuando el capítulo XI, que incluía el artículo 75, fue rechazado por 123 votos negativos contra 117 positivos y dos abstenciones, provocando su caída definitiva del texto.
La derrota parlamentaria fue celebrada con euforia por los bloques opositores, que desde el inicio de la sesión habían advertido sobre la gravedad institucional y social de las modificaciones incorporadas “por la ventana” y a último momento por el oficialismo.
Alianzas y quiebres en la votación
En la votación en general, La Libertad Avanza logró articular una mayoría con el acompañamiento del PRO, sectores de la UCR, Innovación Federal y fuerzas provinciales minoritarias. En tanto, Unión por la Patria y el Frente de Izquierda votaron en contra, mientras que Provincias Unidas optó por la abstención.
El proyecto también había incorporado, a pedido del PRO, el cumplimiento de los actos procesales dispuestos por la Corte Suprema en el reclamo por la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires, así como la transferencia de 21.347 millones de pesos del Supremo Tribunal al Consejo de la Magistratura. No obstante, al estar incluidas dentro del capítulo XI, estas modificaciones quedaron sin efecto tras el rechazo del articulado.
Del mismo modo, se cayeron otras iniciativas impulsadas por el Ejecutivo, como la restricción del régimen de zona fría y la eliminación de la actualización automática de la Asignación Universal por Hijo, la Asignación por Embarazo y las Asignaciones Familiares.
Acusaciones de extorsión y fuerte cruce político
La controversia estalló cuando quedó en evidencia que el oficialismo había concentrado un paquete de medidas sensibles dentro de un mismo capítulo, impidiendo que los legisladores pudieran votar cada tema de manera diferenciada.
“Esto es una extorsión”, denunció el diputado de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro, quien advirtió que quienes acompañaran el artículo 75 estarían “violando la ley de administración financiera”.
El jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, fue aún más duro y calificó la maniobra como una “perversidad”. “Siguen metiendo cosas en el capítulo XI para que nadie pueda despegarse del artículo 75”, explicó, y acusó al oficialismo de intentar condicionar a la Justicia. “¡Son unos chantas!”, exclamó el legislador santafesino.
Desde La Libertad Avanza, la diputada Silvana Giudici salió al cruce y rechazó las acusaciones: “Cierren la boca cuando hablan de trampas. No hay ningún riesgo ni ninguna maniobra irregular”, afirmó, en uno de los cruces más ásperos de la noche.
Tensiones internas y votos incómodos
El debate también dejó expuestas contradicciones y tensiones dentro de bloques aliados al Gobierno. El diputado Pablo Juliano, de Provincias Unidas, acusó al oficialismo de “recontra cagarse en la gente” y sostuvo que las planillas presupuestarias podían modificarse sin perjudicar a jubilados y personas con discapacidad.
Por su parte, Martín Lousteau advirtió sobre lo “anormal” del procedimiento legislativo y cuestionó a quienes intentaron justificar su voto favorable con salvedades. “Se lavan la conciencia: votaron esas leyes y ahora se esconden en el presupuesto”, sostuvo.
Incluso la radical Karina Banfi, habitual aliada del oficialismo, se desmarcó: “No se puede obligar a ningún legislador a votar algo que no quiere. Esto es extorsivo”, afirmó.
El episodio más elocuente fue el del diputado santacruceño José Luis Garrido, quien reconoció que no compartía los artículos que derogaban las leyes de Discapacidad y Financiamiento Universitario, pero aun así anticipó su voto favorable. “Las salvedades no te salvan”, le retrucó Cecilia Moreau desde su banca.
La defensa oficialista y el eje fiscal
Antes de que se desatara la polémica, el jefe del bloque de La Libertad Avanza, Gabriel Bornoroni, había cerrado el debate defendiendo el proyecto y resaltando el equilibrio fiscal como eje central del Presupuesto.
“Hace 120 años que la Argentina no tiene superávit fiscal. Esta es la piedra angular del proyecto económico del presidente Javier Milei”, sostuvo el legislador cordobés, al llamar a respaldar la iniciativa.
La media sanción del Presupuesto 2026 dejó un sabor agridulce para el oficialismo. Si bien logró avanzar con la ley más importante del año, el rechazo del artículo 75 expuso los límites de su estrategia parlamentaria y la resistencia política y social frente a la derogación de derechos sensibles.
El debate dejó al descubierto tensiones internas, alianzas frágiles y un Congreso que, al menos en este capítulo, marcó un límite frente a intentos de avanzar sobre políticas vinculadas a la discapacidad y al financiamiento de la educación superior. Ahora, la discusión se trasladará al Senado, donde el Gobierno deberá recalcular su estrategia si pretende evitar nuevos traspiés.