destacada
La CTA de los Trabajadores y la CGT avanzan en un proyecto propio de reforma laboral

El titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, advirtió que la reforma laboral que impulsa el oficialismo “nacería viciada” y confirmó que las centrales sindicales elaboran una propuesta alternativa. Señaló que el Gobierno carece de diálogo, prioriza el ajuste y omite un debate clave: el presupuesto que definirá el rumbo en áreas sensibles como jubilaciones, educación y discapacidad.
En un clima de conflictividad creciente entre el movimiento obrero y el Gobierno nacional, el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, confirmó que su central trabaja junto a la CGT en la elaboración de una propuesta alternativa de reforma laboral, en contraste con el proyecto que impulsa la administración de Javier Milei.
El dirigente se refirió a la advertencia que la CGT transmitió al Ejecutivo acerca de que cualquier reforma laboral podría “nacer viciada” si se avanza sin consenso y sin respetar principios constitucionales. El escenario se vio agravado por las tensiones con los trabajadores estatales y el anuncio de que se descontará el día a quienes adhieran al paro convocado por ATE.
“Hay temas para reformar, pero no en la dirección que busca el Gobierno”
Yasky sostuvo que, aunque el oficialismo dejó trascender que las reformas tributaria y laboral son prioridad, “aún no existe un proyecto formal”. Y remarcó que, antes de discutir cambios en las leyes del trabajo, debe debatirse el presupuesto nacional, que marcará la orientación del Gobierno en áreas cruciales como jubilaciones, universidades públicas y asistencia a personas con discapacidad.
Recordó además que el primer intento oficial de modificar el régimen laboral —incluido en el capítulo del DNU declarado inconstitucional— fracasó por violar garantías básicas.
“Tenemos que ponernos en guardia, porque está claro que el Gobierno intenta aplicar una política de ajuste y para eso necesita disciplinar a los sindicatos”, sostuvo.
Ante esa situación, explicó que la CGT ya trabaja en líneas de reforma alternativas, que incluyen:
. regulaciones para plataformas digitales,
. reducción o adecuación de la jornada laboral,
. ampliación de licencias parentales,
entre otros puntos que buscan modernizar la legislación sin precarizar derechos.
Falta de diálogo y alerta por un retroceso histórico
Yasky también cuestionó la ausencia de diálogo con el movimiento obrero.
“El Gobierno no convocó ni a la CGT ni a la CTA. Está buscando los votos que le faltan entre los gobernadores”, planteó.
Consultado sobre los riesgos de la reforma, advirtió que un modelo que retroceda hacia formas de prepensionismo derivaría en una “carencia total de derechos laborales”, y alertó que podría existir intención de desarticular convenios colectivos nacionales, un pilar histórico de la negociación entre gremios y empleadores.
En ese sentido, Yasky consideró imprescindible definir una reforma laboral moderna, que parta de un nuevo contrato social en el cual los salarios acompañen la canasta de consumo familiar y ningún trabajador quede por debajo de la canasta básica.
“Lo que parece una utopía se puede convertir en realidad si uno fija prioridades”, afirmó.
Críticas al esquema de subsidios y el rol de las grandes corporaciones
En su análisis económico, Yasky cuestionó la continuidad de subsidios estatales a conglomerados como Mercado Libre, a los que calificó como “grupos muy poderosos” que reciben beneficios fiscales mientras millones de trabajadores no alcanzan un ingreso digno.
Además, señaló que otros sectores, como el petrolero, mantienen regímenes de promoción, mientras las pymes enfrentan una competencia desigual por la apertura importadora, lo que profundiza la asimetría productiva.
Un foro para reconstruir una agenda social
El referente gremial participó esta semana del Foro para la Defensa del Trabajo y la Justicia Social, un espacio que reunió a jueces laborales, dirigentes sindicales y legisladores para debatir una agenda de reformas destinada a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
En la mesa “La justicia social no es una aberración”, los participantes analizaron el retroceso de derechos en el contexto actual y defendieron el fortalecimiento de las organizaciones sindicales como herramienta para resistir iniciativas como la reforma laboral que el Gobierno buscará aprobar.
Mientras el Gobierno prepara su proyecto laboral, las centrales sindicales avanzan en una contraofensiva técnica y política que busca instalar un debate diferente: uno centrado en modernizar la legislación sin resignar derechos, garantizando salarios dignos y protegiendo el empleo. Con el presupuesto como telón de fondo y una negociación aún no iniciada, el escenario anticipa un nuevo capítulo de tensión entre el oficialismo y el movimiento obrero, en un momento clave para el futuro del trabajo en la Argentina.