destacada
“Las mujeres debemos estar donde se toman las decisiones sindicales”

En una jornada que superó todas las expectativas, más de doscientas mujeres sindicalistas participaron del tercer Encuentro de Mujeres Trabajadoras organizado en la sede local de la CGT. La actividad contó con la presencia de tres dirigentes nacionales que impulsan la inclusión femenina en el triunvirato que conducirá la central obrera. Además, Ana Carrizo, secretaria general del SADOP, advirtió sobre los desafíos de género frente a la reforma laboral que impulsa el Gobierno nacional.
El martes 28 de octubre, la sede sanjuanina de la Confederación General del Trabajo fue escenario de una jornada inédita por su nivel de participación y por el debate que propuso. Más de doscientas trabajadoras y representantes de treinta organizaciones sindicales se dieron cita para exigir una representación real de las mujeres en los espacios de conducción de la central obrera.
El encuentro —organizado por la Secretaría de Género de la CGT provincial, encabezada por Mirna Moral (SEC), y con el acompañamiento de distintas secretarias generales— recibió la visita de tres referentes nacionales: Maya Volcovinsky (Judiciales Nacionales), Paula Martínez (UOCRA) y Marina Jaureguiberry, secretaria general del SADOP a nivel nacional. Las dirigentes recorren distintas provincias para fortalecer redes sindicales femeninas y respaldar la propuesta de incorporar una mujer al triunvirato que conducirá la CGT tras las elecciones del próximo 5 de noviembre.
“Somos muchas las mujeres que integramos comisiones directivas, delegaciones y espacios de base, pero aún somos pocas las que llegamos a cargos de máxima conducción”, señaló Ana Carrizo, una de las anfitrionas del encuentro y referente provincial del Sindicato Argentino de Docentes Privados. “Queremos tener nuestras representantes en ese triunvirato, porque no se puede seguir postergando la participación femenina en los lugares donde se definen las políticas sindicales”, subrayó.
Carrizo destacó el éxito de la convocatoria, lograda en apenas una semana de organización. “Nos excedió en las expectativas. No sólo por la cantidad de mujeres, sino por la diversidad de gremios presentes. Eso muestra que hay una necesidad colectiva de ser escuchadas y reconocidas”, explicó.
La sindicalista enfatizó que el reclamo no se limita a una cuestión simbólica o de cupo, sino que apunta a la ampliación real de la representatividad del movimiento obrero. “Cuando las mujeres participan, se fortalece el sindicalismo. No es una disputa de géneros, es una forma de sumar miradas, energías y legitimidad a la lucha colectiva”, remarcó.
Reforma laboral y perspectiva de género
Durante el encuentro también se abordaron los alcances de la reforma laboral que promueve el Gobierno nacional, particularmente en lo referido a la ampliación de la jornada de trabajo y la flexibilización de derechos. Carrizo advirtió que esas modificaciones impactarían de manera directa y desproporcionada sobre las mujeres.
“Si se piensa en una jornada laboral más extensa, las más perjudicadas vamos a ser las mujeres”, sostuvo. “Nosotras ya enfrentamos una doble carga: la laboral y la doméstica. Después del trabajo sindical o profesional, seguimos cuidando hijos, padres, personas enfermas o mayores. Por eso muchas veces terminamos aceptando empleos más flexibles, peores pagos y más precarios. Si se amplía la carga horaria, la desigualdad se profundiza”, explicó.
La dirigente consideró que el sindicalismo tiene el desafío de articular la defensa de los derechos laborales con la agenda de igualdad. “Este no es un reclamo aislado. Es la expresión de una generación de trabajadoras que ya está protagonizando los espacios sindicales y que no va a retroceder”, expresó.
A pocos días de las elecciones internas de la CGT, el movimiento obrero transita un momento clave: el desafío de ampliar su base de representación sin perder cohesión ni fuerza política. En ese marco, el reclamo de las mujeres sindicalistas deja de ser un pedido sectorial para convertirse en un imperativo de modernización del sindicalismo argentino.
Como resumió Ana Carrizo, “no se trata sólo de ocupar lugares, sino de fortalecer al conjunto del movimiento obrero desde la diversidad y la unidad”.