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Tomada: “Si sale la reforma laboral, avisamos desde ahora que cuando asumamos la vamos a derogar”

El exministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, criticó con dureza el proyecto de reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei. En diálogo con FM La Patriada, advirtió que la iniciativa “agravará los problemas del mundo del trabajo” y denunció que se trata de “una reforma hecha a medida de las grandes corporaciones”. Además, sostuvo que si el peronismo vuelve al poder, “derogará inmediatamente la reforma para proteger los derechos de los trabajadores”.

Con el tono firme que caracterizó su paso por el Ministerio de Trabajo durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, Carlos Tomada volvió al debate público para cuestionar de manera contundente el rumbo laboral que propone el Ejecutivo de Javier Milei.

“La reforma laboral parte de un diagnóstico falso, porque supone que los derechos de los trabajadores son los culpables de la falta de empleo. Eso es mentira. No van a resolver los problemas del mundo del trabajo, los van a agravar”, sostuvo Tomada.

Según el exfuncionario, la iniciativa del oficialismo “favorece a las grandes empresas, debilita los convenios colectivos y generará más desocupación e informalidad”. “Desde que asumió este gobierno, desaparecieron 18.000 empresas y se perdieron más de 200.000 empleos registrados. ¿De qué incentivo al trabajo hablan?”, se preguntó.

UN DEBATE CON HISTORIA Y DATOS

Tomada rechazó de plano el argumento oficial que plantea que las indemnizaciones laborales son un obstáculo para el empleo. “En los años ‘90 se tomaron medidas parecidas y lo único que pasó fue que creció la desocupación. En Argentina se crearon tres millones de empleos formales cuando estaba vigente la doble indemnización. No es la indemnización el problema, son las políticas económicas”, afirmó.

El exministro recordó que “más de cien países aplicaron reformas laborales similares y en ninguno se generó empleo”. Para Tomada, la propuesta de eliminar la ultractividad —la continuidad de los convenios colectivos mientras no se renuevan— “rompe el equilibrio entre trabajadores y empleadores”.

“Si eliminás la ultractividad, el empresario te puede decir: ‘Si querés aumento, entregá las vacaciones o el aguinaldo’. Y si no aceptás, te quedás sin nada porque el convenio se cae. Eso no es modernizar el trabajo, es retroceder medio siglo”, explicó.

CRÍTICAS A LOS ARGUMENTOS OFICIALES

Tomada también desmintió la existencia de una supuesta “industria del juicio” laboral. “Eso desaparece rápido si las empresas cumplen la ley. En la provincia de Buenos Aires, sobre 1,5 millones de trabajadores registrados, solo el 5% inició juicios, y fue porque los despidieron sin pagarles o porque les negaron derechos. Si no evaden ni disfrazan contratos, no hay juicios”, remarcó.

Asimismo, sostuvo que las pymes son utilizadas como “excusa” para justificar la flexibilización:

“Ese argumento ya es viejo. Las pymes no piden una reforma laboral; piden una reforma tributaria progresiva. Lo que propone Milei no es para las pequeñas empresas, es para las grandes corporaciones que financian este modelo.”

El exministro advirtió que el proyecto responde a una visión puramente financiera de la economía. “El mundo de Luis Caputo es el de hacer plata con plata. Es el mundo de la especulación, que no necesita trabajadores ni producción. Es un país sin industria, sin desarrollo y sin futuro”, subrayó.

UNA REFORMA SIN TRABAJO

Tomada consideró que las políticas del actual gobierno “están destruyendo el tejido productivo nacional” y advirtió que el país “no necesita una reforma laboral, sino un modelo productivo que genere valor, fomente la economía del conocimiento y promueva la inclusión”.

Con preocupación por el clima político, el exministro alertó sobre “una peligrosa penetración del discurso oficial en el sentido común de la gente”. “Muchos han comprado la idea de que los derechos laborales son un problema. Y cuando se trate esta reforma, temo que haya muchas manos levantadas, no solo de La Libertad Avanza, sino también de algunos supuestos opositores”, advirtió.

EL COMPROMISO DEL FUTURO

De cara a los próximos escenarios electorales, Tomada planteó una posición política tajante:

“Un gobierno nacional y popular tiene que avisar desde ahora que, si esta reforma se aprueba, cuando asumamos la vamos a derogar. No hay que dudarlo ni un segundo.”

Además, llamó a construir una nueva agenda laboral, que contemple los desafíos del siglo XXI: “Hay que pensar una legislación que proteja a los trabajadores de plataformas, que mejore la salud y seguridad laboral, que recupere el salario y la negociación colectiva. La informalidad no llegó para quedarse; llegó porque se abandonó la política.”

Con su habitual solidez técnica y su discurso político encuadrado en la tradición del peronismo laboralista, Carlos Tomada se erige como una de las voces más críticas del rumbo que impulsa el gobierno de Javier Milei. Su diagnóstico combina experiencia y advertencia: las reformas que flexibilizan derechos no generan empleo, sino desigualdad.

En momentos donde el debate sobre el trabajo ocupa el centro de la escena, el exministro vuelve a situar la discusión en su eje histórico: el trabajo como derecho y como base de la justicia social, una convicción que —según Tomada— sigue siendo “la columna vertebral de cualquier proyecto de Nación”.

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