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Derrumbe del sector textil: más de 11.000 empleos perdidos y una avalancha de cierres empresariales

Un informe de la Fundación Pro Tejer advierte que entre diciembre de 2023 y junio de 2025 cerraron 380 empresas y se destruyeron 11.500 empleos en el sector textil, indumentaria, calzado y cuero. La caída del consumo interno, la apreciación del peso y la liberalización de importaciones provocaron una contracción histórica en la producción nacional.
El documento detalla que la mayoría de las firmas afectadas son compañías medianas o familiares, muchas de ellas dedicadas a la confección de indumentaria o a la fabricación de calzado, segmentos tradicionalmente intensivos en mano de obra y con fuerte arraigo territorial. La combinación de caída del consumo interno, atraso cambiario y apertura indiscriminada de importaciones provocó un colapso en la cadena de valor textil.
De acuerdo con el informe, la producción de textiles y prendas de vestir se contrajo un 14,5% en relación con el mismo período de 2023. La utilización de la capacidad instalada se encuentra en niveles mínimos históricos, reflejo de un sistema productivo paralizado por la falta de demanda y la competencia externa.
En simultáneo, las importaciones de bienes crecieron un 32% interanual en los primeros ocho meses de 2025, alcanzando un récord absoluto en volumen textil, con precios FOB por kilogramo en su nivel más bajo desde 2015. Esto se explica, en parte, por la llegada masiva de productos asiáticos y el ingreso de 14.000 nuevos importadores, lo que representa un aumento del 38% frente a 2024.
La reducción arancelaria aplicada sobre la cadena textil e indumentaria tuvo un costo fiscal estimado en 120 millones de dólares, según la fundación. Para Pro Tejer, la política de rebajas unilaterales de aranceles sin medidas compensatorias agravó el deterioro de la rentabilidad y la competitividad del sector.
El informe advierte, además, que esta dinámica contribuyó a un mayor déficit externo, evidenciado por un rojo de 6.327 millones de dólares en turismo y una formación de activos externos que ya supera los 14.200 millones de dólares, cifra comparable con los desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI) durante el mismo período.
En términos de empleo, el estudio señala que el trabajo asalariado privado total cayó un 2% entre diciembre de 2023 y junio de 2025. Solo la industria manufacturera perdió 33.400 puestos, de los cuales más de un tercio corresponden al sector textil, indumentaria, calzado y cuero. La cifra equivale a una contracción del 10% del empleo industrial en ese rubro.
Desde la fundación, remarcan que la crisis actual no solo amenaza a las empresas, sino también a las economías regionales y los talleres familiares, pilares de la producción nacional. En distintas provincias —como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La Rioja— ya se registran parques industriales semivacíos y cadenas de valor fragmentadas.
La fotografía que deja el informe de Pro Tejer revela una alerta estructural: sin una política industrial activa, el sector textil argentino podría enfrentar una desintegración irreversible. Las señales de alarma —cierres masivos, pérdida de empleo y desplome de la producción— son el reflejo de una economía que prioriza la apertura sin protección y el equilibrio fiscal por encima de la producción nacional.